Escritores: J.D Salinger, un tipo con malas pulgas

j d salinger_biografías

Hay quien lo llama “el mal genio de los genios” y quien lo denomina “neurosis del artista” pero en realidad se trata, únicamente, de mal humor. Aunque claro, en el caso de los escritores o creadores que admiramos da la sensación de que debemos justificar su mal carácter apelando a esa genialidad que los distingue del resto de los mortales. Es la única explicación que nos vale, alguna desgracia ha de cernirse sobre su “prójima” cabeza a cambio de un talento para los demás inalcanzable. Pero es pura estadística: los habrá más simpáticos o más guapos, más aseados, menos divertidos o exactamente igual de vanidosos que tu vecino del quinto. A pesar de todo, “la vida es una tragedia si la ves de cerca y una comedia si la miras con distancia”.  Esto lo dijo Chaplin, quien de puertas para adentro también  tenía un carácter de perros. Curiosamente Charles Chaplin y J.D Salinger compartieron algo más que su mal humor: cuando el cineasta conoció a su última esposa, Oona O´Neill, ésta supuestamente mantenía un romance con el escritor.  Será la casualidad.  

Miscelánea: En un rincón de la mesa había sentados cuatro poetas

libros_adaptaciones literarias

En un rincón de la mesa había sentados cuatro poetas. El más mayor de ellos tenía 34 años y fumaba en pipa como señal de una experiencia que parecía dotarle de cierta madurez, una superioridad que bajo la cháchara fácil, la barba y la ebriedad resultaba sórdida y algo insana. El más joven, por el contrario, había declinado fumar y beber durante aquel almuerzo y se había mostrado lejano y distante con aquellos con los que ha compartido mantel porque únicamente tenía ojos y oídos para el hombre que se sentaba a su derecha, el mismo al que había estado tocando la pierna bajo la mesa durante la comida y que le había llevado a fugarse de casa e iniciar la gran aventura de su todavía corta vida.

Escritores: Ulysses, el sueño etílico de James Joyce

james joyce_escritores_biografías_lecturas

La vida de James Joyce está llena de curiosidades. Los excesos y el desorden formaban parte de ella como una entidad propia desde el desayuno hasta el resopón pasando por la mañana, la tarde, la noche y el amanecer, y así sucesivamente día tras día. Es cierto que Joyce no llegaba a beberse las cinco o seis botellas de vino al día que se empapaba Francis Bacon y mucho menos la docena que asegura poder meterse entre pecho y espalda Gerard Depardieu pero aún así el de Dublín estaba prácticamente todo el día borracho. Por supuesto que no es el único genio que tenía en el alcohol a su mejor amante: las borrracheras de Hemingway fueron memorables, Touluse-Lautrec se bebía “su tamaño” en licor prácticamente todos los días y también fue el alcohol el telón de fondo de la (extraña) muerte de Edgar Allan Poe, quien justo antes de su boda fue encontrado en la puerta de un bar, desaliñado y hasta las orejas y poseído por un delirium tremens del que ya no saldría jamás. Según decían, acababa de volverse abstemio. 

Recopilaciones literarias: De Reyes, de Hobbits y de Segundas Guerras Mundiales


biografías_jaime de aragón

Tres han sido los protagonistas de mis lecturas durante las últimas dos semanas. Variadas y bastante amenas las tres, por cierto, aunque creo que más por el interés personal que por el contenido de los libros en sí. Pasé de elfos y hobbits a reyes medievales y viceversa de forma rápida y sin convencimiento para darme cuenta de una cosa: la realidad siempre supera a la ficción por mucho que sea el mismísmo Tolkien quien haya armado el cotarro. Y digo lo anterior sabiendo ya de primera mano que el mundo de Tolkien está muy bien. En "El Hobbit" comienza a dibujar un universo en el que no faltan ni los detalles ni los personajes buenos y malos con todo tipo de moralejas y simbolismos. Por supuesto, nada nuevo bajo el Sol: a poco que conozcas del él o de su obra sabes que la literatura de John Ronald Reuel Tolkien es así, llena de recovecos, encandiladora y precusora de una suerte de mitología anglosajona muy interesante.