[Charles Darwin y su mal humor

Y no sólo porque en algunos retratos de su madurez podamos verlo con barba blanca y porte serio. Lejos de cualquier parecido razonable, parece ser que el autor de la Teoría de la Evolución solía gastarse un humor de perros considerable. Algunas cartas dirigidas a su amigo Charles Lyell recientemente publicadas por la American Philosophical Society prueban que además de ser un espíritu meticuloso y brillante, Charles Darwin también era un gruñón. La revista Mother Nature Network ha publicado algunos de los fragmentos de estas cartas escritas en 1861.



"Hoy me siento mal y muy estúpido. Odio a todo el mundo". ¿Simplemente un mal día? Darwin escribió esta carta mientras trabajaba sobre las orquídeas, pero parece que ni siquiera éstas podían paliar su malhumor. 

"Voy a escribir un pequeño libro de Murray sobre las orquídeas, y lo peor de todo es que hoy ellas también me odian".  

Darwin a los 29 años

Como recalca el artículo, estas palabras fueron escritas dos años después dela publicación de la gran obra de Darwin, "El origen de las especies", por lo que parece que las inseguridades quedaban fuera de lugar. Darwin era un hombre totalmente realizado. Pero también, para ser justos, que Darwin estuvo casi de 23 años trabajando en su obra cumbre, y seguramente tanto tiempo reuniendo pruebas, palabras y limando torceduras debieron pasarle factura, tanto física como psíquica.

Durante sus últimos años de vida Darwin tuvo que lidiar con un corazón débil y un estómago crónicamente alterado (a la vejez, viruelas, ¿no?). Por eso, no es de extrañar que enfermo y quién sabe si melancólico por haber pasado gran parte de su vida dedicado a un único fin, al final de su carta aseguraba que "Uno no vive más que para hacer disparates".

Darwin a los 47 años


Melancolía, frustración o simplemente echar la vista atrás. Quizá Darwin sólo había tenido un mal día. No lo sabemos. También los genios pueden levantarse con el pie izquierdo.

¿El psicólogo de Darwin?

En el artículo de Bryan Nelson Was Charles Darwin the world's most emo scientist? Charles Lyell. El geólogo británico Charles Lyell fue uno de los científicos más importantes de la época en la que vivió Darwin. No sólo eran amigos, sino que Darwin sentía que era uno de los pocos que podía entenderle. 





Charles Lyell había formulado entre 1830 y 1833 la que sería su obra más destacada,  Principios de geología (Principles of Geology) un compendio de varios volúmenes en el que desarrollaba una teoría sobre la formación de la Tierra.Según sus principios uniformistas y contradiciendo aquellos que abogaban por el catastrofismo (según el cual la Tierra se había formado debido a una serie de catástrofes devenidas en un periodo relativamente corto de tiempo), la Tierra se habría formado lentamente a lo largo de extensos períodos de tiempo y a partir de las mismas fuerzas físicas que hoy rigen los fenómenos geológicos (de ahí su nombre, uniformismo): erosión, terremotos, volcanes, inundaciones, etc.







Darwin conoció la obra de Lyell, de la cual leyó su primer volumen, durante su viaje de exploración en el Beagle (puedes leer Beagle, un bergantín-ataúdy escribió que los Principios de geología habían cambiado su forma de mirar el mundo, siendo una inspiración fundamental para El origen de las especies.

No es extrañar, por tanto, que Darwin viera en Lyell un reflejo de sí mismo y que decidiera descargar en él sus "problemas laborales". 


Un nuevo libro sobre la correspondencia de Darwin para conocer mejor su obra 


Sinopsis:
La figura de Charles Darwin (1809-1882) destaca por la genialidad y originalidad de su pensamiento. Un pensamiento que podemos ver evolucionar a lo largo de las numerosas cartas que escribió a sus compañeros científicos, para cotejar con ellos sus ideas y visiones, buscar los puntos débiles de sus teorías y solicitar información adicional o ejemplares tanto de plantas como de animales. Son cartas que nos muestran también a un Darwin cercano y familiar, enamorado de su mujer y temeroso de su salud y de la de sus hijos, así como preocupado por el bienestar de sus amigos y compañeros, tratando siempre de ayudar a los más desfavorecidos. Por vez primera se publican en castellano los dos tomos adicionales de cartas que su hijo Francis y a A. C. Seward editaron bajo el título More Letters of Charles Darwin en 1903, dedicados a la evolución, la distribución geográfica, los caminos paralelos de Glen Roy y la vivisección, entre otros muchos temas. Todas, piezas de un puzzle que nos dejan entrever la mente de Darwin y el desarrollo de sus ideas. 




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