Biografías: Maria Antonieta, de Stefan Zweig



“Una frenética crónica de la vida de quien yació al lado de Luis XVI (trabajo le costó, a ella) y de quien terminó guillotinada. La escritura de Zweig es nerviosa. No desperdicia una palabra. Escribe como si lo hiciera con munición. Y su diana es mostrar al mundo una niña que llegó de Austria para desposarse, una mujer de carácter que hacía del capricho virtud y una reina cuya cabeza rodó. «Ya solo le queda una cosa que hacer: morir, y morir bien»". César Casal, La Voz de Galicia.




María Antonieta es un clásico en el género biográfico y, para muchos expertos, es la biografía más lograda de Stefan Zweig, escritor experto en convertir al lector en un protagonista más de la trama. 

Si algo resalta de esta obra es, sin duda, la profundidad psicológica de un personaje convertido por la historia en la culpable  directa de la caída de la monarquía en Francia y del auge del movimiento revolucionario que cambió los cimientos de la sociedad y del mundo. 

Sobre la reina más odiada de los franceses se ha dicho mucho y prácticamente todo malo. Zweig nos la revela como un ser simple, inocente y mundano, hedonista hasta el extremo, caído en desgracia desde su llegada a Versalles siendo una adolescente y que decidió soportar su presente sin pensar en el futuro entregándose a carísimas diversiones financiadas con dinero público. Y es precisamente ahí donde reside la magia de este relato: mientras la reina disfruta de las apuestas o los carísimos vestidos y sombreros, la conocida tragedia va engullendo cada vez con más fuerza el relato. Está presente. Va alargando su larga sombra. Esperamos a que estalle. 

En una vida como ésta, en un relato como éste, no pueden quedar al margen los aspectos más pasionales de una mujer que, en realidad, nunca dejó de ser una niña. María Antonieta nació en Viena en 1755. Era hija del emperador austríaco Francisco I y de la autoritaria emperatriz María Teresa. En mayo de 1770, con 14 años, contrajo matrimonio con Luis XVI de Francia, hombre simple y sin carácter aquejado de todos los complejos posibles. 

Si algo nos cuenta la historia sobre este rey es precisamente eso, su incapacidad para el gobierno y los asuntos de la corte. El matrimonio estuvo más de ocho años sin consumar para preocupación de la madre y el hermano de la joven archiduquesa, ya convertida en una de las reinas más poderosas de Europa. Sólo por eso María Antonieta buscó otras distracciones ante la frialdad de su esposo, entre ellas su amistad con el conde Von Fersen. 

Aún así, poco se le puede reprochar a la reina excepto el hecho de querer vivir y querer evadirse de su tragedia vital. Madre amante y, a pesar de todo, esposa fiel, su figura ha quedado relegada a una caricatura, la de la fashionista superficial que culpable de la caída imperial. Poco podemos discutir a lo primero y todo a los segundo. Y al final, el caos y el terror de la Revolución eliminando todo rastro de humanidad de la reina y de la mujer de la que hoy tenemos dos único recuerdo: la historia del collar de diamantes y ese último camino que recorrió camino de la guillotina. 



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