[Piedras y Rosas




Aunque no soy una gran aficionada a la poesía, cuando te encuentras con versos como éstos apenas puedo sobreponer mis preferencias al género lírico. No importa demasiado las tendencias, finalmente llevadas a cabo, suicidas de la autora. Este acontecimiento, lejos de empañar la carrera Sylvia Plath, aumentan todavía a día de hoy su leyenda. Adelantada a su tiempo, muchos dicen que negativa, feminista, bipolar, esposa a la par que amante de poeta, madre de un hijo también suicida, bipolar, auténtica, celosa,  divina, genial, incomprendida. 
Sylvia Plath, la primera mujer que ganó un Pulitzer a título póstumo. 
Una mujer fuera de su tiempo.
Una mujer sin el último capítulo de su diario, que se consumió en las llamas del olvido generalizado...
Compleja como una rosa, suave como una piedra pulida...

Piedras y Rosas, de Sylvia Plath

Deseabas con locura la calma
de una muerte que alejaste
durante horas--
con el cuerpo de una mujer para tu jarrón, 
botijo, urna...
fuiste el terciopelo rojo de una rosa ansiosa,
floreciendo en su anhelo
por volver a la tierra.

Ahora yaces bajo una lápida--
quieta, más allá del frío,
más allá de los voltios azules, más allá
de tu luna pertubadora.

Fuiste una fuente
erguida para su caída. Y tus ojos
dos oscuras piedras de silencio,
desbordándose en un océano
de verso profundo.

Ahora los huesos de tu cuerpo yacen quietos,
areniscos.  Y tus dientes permanecen
silenciosos, como guijarros pacíficos,
más allá del bombardeo de las olas insistentes.

Y tú flotas en la blancura
de tu madre huesuda, que con lágrimas
ha puesto estrellas en las cuencas de tus ojos.

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