[SIEMPRE NOS QUEDARA PARIS

Entrevista a Yolanda Paris, Escritora.

Algunas historias de amor” es el último trabajo de la escritora Yolanda Paris. Madrileña afincada en tierras valencianas, Yolanda Paris se confiesa a través de sus historias como una persona vital y nos narra, desde el otro lado del papel, cuentos sobre las emociones y sentimientos que el amor provoca en nosotros, del triunfo al fracaso pasando por el dolor, la euforia o la nostalgia. Una demostración de que el género romántico, el que desprende cierto aroma “clásico”, sigue estando de moda también entre los escritores jóvenes.
Situémonos antes de leer la entrevista...
Un escenario: cualquier calle de Paris.
Un estado: enamoramiento en cualquiera de sus fases (pre, pro, post, estado de negación, estado de desconocimiento, estado de búsqueda, estado de renuncia).
Un género: relato breve.
El libro: “Algunas historias de amor”.

“Algunas historias de amor” nos cuenta precisamente eso, un conjunto de relatos en las que el amor es eje para sumergirnos en las vidas de otros tantos personajes. ¿Dirías que tu libro es para los románticos?
No creo que sea un libro sólo para los románticos, al contrario, creo que es un libro para todos aquellos a los que le interesen las relaciones humanas que creo que es, al fin y al cabo, el motivo de este libro. Porque hay historias de amor y también de desamor, de desencuentros, de desengaños y de nuevas relaciones, creo que es un libro que habla sobre las personas y sus sentimientos.

¿Por qué recomendarías este libro a los más escépticos con los temas del corazón?
Porque no es un libro tradicional. Porque las historias no son sólo sentimentales y porque hay mucho detrás de ellas. Porque es un libro distinto, en el que uno puede verse reflejado aunque no esté enamorado, o aunque lo esté, aunque haya terminado una relación o no tenga interés en ella. No importa. Este libro habla sobre las personas.

Algunos creían que el amor estaba pasado de moda. Sin embargo, este libro es un ejemplo de que las cosas no son así. ¿Crees que las novelas y el género romántico son inmortales?
Sí. Lo siento, puede parecer cursi y romántico. Pero lo creo y eso que yo no soy la más apropiada para hablar porque sufro en exceso y me cuesta mucho aplicar un término medio en mis sentimientos. Pero creo que el amor, en cualquier manifestación, es una de las mejores cosas que tenemos. De las que deberíamos agradecer.

¿Por qué has elegido contarnos el amor a través de estas historias breves?
Porque soy una romántica incurable. Porque me interesan las personas y sus sentimientos y porque aunque no siempre resulte satisfactorio, el amor y los sentimientos son nuestra forma de relacionarnos con el mundo, de acercarnos a los otros.

Sin embargo también escribes novelas. ¿Con qué genero te quedas?
Bueno, son distintos. Los relatos cortos tienen más que ver con la poesía (con una forma escueta de contar la realidad, de definirla) hay que ir a lo esencial. En las novelas intervienen otros factores, más elementos, descripciones, realidades. Me gustan los dos y depende de mi estado de ánimo o de la época elijo uno u otro, independientemente.

Un escritor de relatos (Juan Jacinto Muñoz Rengel, entrevista VULTURE enero 2010) me dijo en una ocasión que el género “corto” era para los valientes. ¿Estás de acuerdo con esta apreciación?
No lo sé. Yo no me considero una valiente por escribirlos, quizás es más difícil hacer llegar al lector las emociones en unas cuantas hojas, que éste se quede enganchado. Quizás sea eso. Pero me gusta eso de que alguien nos considere “valientes”, es estimulante.

Por cierto, hoy en día no deja de ser “valiente” que una escritora joven nos hable del amor sin deleitarnos con escenas de sexo explícito. ¿Te consideras fuera de las modas literarias?
Sí. Imagino. No se me da bien contar escenas de sexo explícito. No me parecen tan importantes a la hora de definir una relación o de relatar un amor. Es algo tremendamente difícil, no todo el mundo tiene esa capacidad y no todos somos D.H.Lawrence, desgraciadamente, así que yo prefiero las escenas menos explícitas, me resultan más sencillas.

Una cosa es escribir de amor y otra leer sobre él, ¿eres lectora de novelas románticas?
Sí. Me gustan, me entretienen y si están bien contadas y bien escritas son de lo mejor que uno puede leer. Últimamente me decanto por Marc Levy que tiene una capacidad extraordinaria de resumir sentimientos, de expresarlos. Me gustan las historias de amor bien contadas. Sin moñerias ni sentimentalismos. Y afortunadamente hay mucha gente que tiene una capacidad extraordinaria para hacerlo. Anna Gavalda, Sándor Marai y muchos otros.

¿Qué otras cosas sueles leer?
Depende de la época y las emociones. Últimamente había descubierto a Marc Levy y estaba encantada con su prosa -vende millones de ejemplares, además- pero leo de todo lo que encuentro. Me gusta mucho la literatura francesa, también Muñoz Molina y Scott Fitzgerald, Sándor Marai,....y las novelas de adolescentes de Federico Moccia, que también las he leído. De todo un poco.

Mucha gente cree que el género más idóneo para el amor es la poesía, sobre todo por la carga sentimental que conlleva su composición. ¿Escribes poesía? ¿Te gusta leer poesía?
Empecé escribiendo poesía. Pero es difícil, mucho. Porque depende de los estados de ánimo y uno no siempre se encuentra predispuesto hacía ese género. Sí suelo leer poesía. De algunos amigos que escriben como Enrique Vignoly, también me gusta Gonzalo Rojas, Cernuda, Neruda, Mario Benedetti.

Habitualmente los roles de escritor/lector van unidos. De hecho, una de las claves del buen escritor es escribir aquello que le gustaría leer...En tu caso, ¿con qué papel te identificas más como lectora o como escritora?
Como lectora. Podría prescindir de escribir pero creo que nunca de leer.

Cambiando de tema, París no es la ciudad de la poesía, pero es la ciudad (dicen) del amor, también es tu apellido y es el cobijo físico para varios de los relatos de “Algunas historias de amor”. Saliéndonos de este “bucle” literario ¿cuál es tu ciudad del amor?
París, porque he vivido allí y me encanta. Aunque uno debería amar a las personas y no necesariamente a los lugares, tendría que haber cabida para los amantes en los lugares que frecuentamos, que son cercanos a nosotros, que nos rodean. Me parece importante.

Por cierto, en uno de tus relatos (“El Hombre Invisible”), paseando por tu París, me re-encontré con Cortázar, incluso vi en Cristina, el personaje central, algunos rasgos de la Maga de Rayuela. No sé si Cortázar es una de tus influencias pero, en todo caso, ¿cuáles son las influencias literarias de Yolanda París?
Gracias por compararme con ese gran escritor. Al que admiro, profundamente. No sé qué influencias me persiguen… te podría decir que me gusta Saramago y también Scott Fitzgerald, que nadie como él relata las relaciones humanas, Christian Bobin, Anna Gavalda, Sándor Marai, Wilde y mucha otra gente a la que admiro profundamente y que voy descubriendo por el camino y de la que me apropio, por una larga temporada.

¿Y las no literarias?
Uno siempre debe escribir de lo que conoce -es uno de los mejores consejos que me han dado- así que copio historias cercanas: de amigos, conocidos, de gente que me las cuenta y también me gusta mucho el cine y la música. Siento respeto, admiración por los músicos, he conocido a algunos, y como es algo que yo no puedo desempeñar me resulta fascinante. Creo que la música es lo más parecido a la poesía.

En este mismo relato al que hacíamos referencia anteriormente, aparece una frase en la que habla de los artistas. “...no todos entendían sus cuadros y la miraban de reojo, con sospecha y perspicacia, como se mira a los artistas, con desdén y menosprecio algunas veces, y con envidia y admiración, algunas otras, cuando sus obras suman y marcan ceros”. Extrapolando esto a la literatura ¿porqué cree que los artistas propician sentimientos tan contradictorios a ojos del “espectador”? ¿Podrías hacernos una breve valoración según tu propia experiencia?
Bueno yo creo que nos tienen un poco de miedo. Y admiración, por otra parte. Creen que somos personas extraordinarias y muchas veces no es así. Somos gente corriente, común, frágil y vulnerable que necesita expresar lo que siente para encontrar un lugar en el mundo. Sólo eso. Si supieran lo vulnerables que podemos llegar a ser no provocaríamos esos sentimientos tan dispares.

En tu caso, Editorial Tundra ha inaugurado con “Algunas historias de amor” una nueva serie literaria. ¿Hasta que punto es importante que las editoriales independientes apuesten por los talentos más jóvenes?
Es muy importante. Nadie nos da una oportunidad. Es casi un milagro que alguien te publique, que te lleven a las librerías, que puedas acceder al mercado. Resulta increíble lo difícil que es este mundo, una vez que entras no dejas de agradecer a todos aquellos que en algún momento te han dado una oportunidad, han permitido que pudieras mostrar lo que haces.


En “Algunas historias de amor” aparece una reflexión que me ha gustado mucho en la que dices que hay dos formas de ver el cielo, una con toda su grandeza y soledad y otra como una ventana. ¿Cómo ve el cielo Yolanda París? ¿Siempre hay sitio para el optimismo?
Lo intento, aunque mentiría si dijera que, a veces, veo las cosas un poco oscuras, menos brillantes. Pero es algo que intento llevar a la práctica porque me parece una forma importante de vivir. De comunicarme. El miedo levanta fronteras y acerca enemigos. Sólo la risa nos une y la alegría y la esperanza.

¿Qué historia le ha faltado por contar en “Algunas historias de amor”?
La mía propia. La que me gustaría protagonizar. Sin estrellas, sin luces. Una historia sencilla que me permitiera ser feliz, simplemente. Que me reportara paz y tranquilidad y que espero poder relatar, algún día.

Por último, me gustaría que nos hablaras de tus últimos proyectos literarios.
Bueno sigo con mis novelas, intentando que me publiquen, que no resulta nada fácil.... He terminado una histórica sobre “Alejandro Magno” y también una de humor, y sigo con los relatos y leyendo buenas historias que, afortunadamente, mucha gente también escribe.

Foto: Yolanda Paris, autora de "Algunas Historias de Amor"
Editorial Tundra, 2010.




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