Poesía: Armando Buscarini, un poeta maldito vasco



-Es verdad que yo sufro; pero oídme:

- ¿qué me importa sufrir si soy poeta?

Sólo con leer esta frase ya podemos hacernos una idea de la vida y obra de Armando Buscarini, poeta, bohemio y "maldito" español. Su vida y su obra, así lo confirman. Buscarini (nacido en Ezcaray en 1904) desarrolló su obra en el Madrid de principios del siglo XX. Según las crónicas, fue una de las personalidades más bohemias y peculiares del momento, retratado por algunos de los literatos más conocidos de la época como Baroja, Ramón Gómez de la Serna o Valle-Inclán. Sus versos, de corte romántico, pueden verse en su prolífica obra, que tuvo su época dorada durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). 


Al parecer, la sombra del fracaso y el reconocimiento literario que no llegaba marcaron su personalidad desde muy joven, y quizá por eso "gozó" desde siempre de cierta inestabilidad, lo que marcó su obra y también su modo de vida. De hecho, desde 1923 fue un habitual de psiquiátricos de la capital, hasta que finalmente, fue trasladado al manicomio de Logroño en 1932, donde murió ocho años después. No nos cuesta verlo, tal y como relatan algunas crónicas, vendiendo sus libros por la calles del Madrid de los años 20, en las tertulias literarias y en los cafés al grito de "Salvar al poeta" o amenazando con tirarse al Manzanares si nadie le compraba un libro.




El poeta, en 1929.

Durante toda su carrera, Buscarini cultivó la novela corta, la poesía y el teatro. De su obras narrativas, destaca su repaso por la vida airada del Madrid, con historias sobre desamor y miseria protagonizadas por prostitutas y gente humilde de barrio de Malasaña, donde se crió junto a su madre. De su poesía también está marcada por los mismos temas y los mismos personajes, destaca su reminiscencia al romanticismo, ya que Buscarini llegó a creer ser una reencarnación de Bécquer.
Sobre sus obras, una peculiaridad: ofrecía el libro con o sin dedicatoria y terminó poniendo una nota en los libros asegurando que si no llevaban su autógrafo a mano es porque no eran auténticos, con lo cual esos ejemplares se terminaron convirtiendo en objetos de coleccionista. 
Más información, biografía completa y bibliografía en la página del poeta, http://www.armandobuscarini.com/.

ORGULLO

Aunque sufra del mundo los desdenes
de mi vida de artista en la carrera;
aunque pasen altivos a mi paso
los hombres de alma ruin que nunca sueñan;
aunque salgan aullando a mi camino
los famélicos lobos que me acechan
con la envidia voraz; aunque en mi lucha
hambre y frío sin límites padezca;
aunque el mundo me insulte y me desprecie
y por loco quizás también me crean;
aunque rujan tras mí ensordecedoras
tempestades de envidia; aunque me vea
harapiento y descalzo por las calles,
inspirando piedad e indiferencia;
y, en fin, aunque implacables me atormenten
las más grandes torturas, aunque vea
que a mi paso se apartan las mujeres
por ver con repugnancia mi pobreza
( pero quizás ignorando de mi alma
el tesoro de ensueño que se alberga),
nada me importará, porque yo siempre,
caminando sereno por la tierra,
con el alma latiendo por la gloria
y flotante a los vientos mi melena,
iré diciendo al mundo con voz fuerte,
¡ con voz en la que vibre mi alma entera!:
-Es verdad que yo sufro; pero oídme:
¿qué me importa sufrir si soy poeta?
Armando Buscarini

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Vasco?