Leyendo a muchos nuevos escritores me doy cuenta de que cada vez me apetece más vivir entre cyborg. Me refiero a Cyborgs de verdad, auténticos "organismos cibernéticos", a pachas entre lo biológico y lo mecánico. ¿Por qué? Por culpa de leer lo último de Tao Lin. Por culpa de leer Richard Yates. Por culpa de los de Alpha Decay. Las tres cosas son deprimentes. Básicamente. La verdad es que, viviendo dónde y cómo vivimos, no me cuesta imaginar auténticas hordas de jóvenes desamparados, nopertenecientes a ninguna tribu, a ninguna creencia, a ninguna patria. Jóvenes que podrían recargarse a sí mismos con el iPhone, que podrían realizar todo desde su teléfono, que podrían poner cómo dirección de residencia "estado del chat de Gmail". Lo mejor del libro, visto desde fuera de la vorágine tecnológica, la contextualización: año 2006. Época pre-digital, pre-facebook, pre-contemporánea. Los dos tortolitos que protagonizan la obra, por el contrario, son completamente atemporales. Estuvieron de moda cuando se escribían cartas en la II Guerra Mundial. Estarán de moda cuando lean sus mentes en el año 2050. El tiempo no pasa, los personajes no se consumen por culpa del reloj. No crecen. Están en todas las épocas. Jóvenes, enamorados, comunes, pesimistas, oscuros, solitarios, mal vestidos...es decir, aproximadamente como un 80% de la población de entre 18 y 26 años. Altamente reconocibles en la escalera, en la biblioteca, tras la barra de un McDonalds.
De Richard Yates me han cansado las conversaciones por Gmail, los nombres con apellido, la madre depresiva, la falta de sexo explícito, lo vegano...me ha cansado que hay cientos de chicos y chicas así, huyendo o adorando los Starbucks, odiando y amando a su oponente en el foro, consumiendo su vida frente a las pantallas líquidas. No ha servido de mucho que antes de comenzar la novela me empapara dos de Burroughs por si las moscas....esto es mucho más sórdido porque es más real, es más cercano, es más aburrido, corresponde a más gente. Esa es la causa, precisamente, de que la novela te cautive. Por eso tienes que parar en todos los Bertal de la ciudad a leer un trocito. Por eso buscas desesperadamente una respuesta (¿será por eso que algunos comparan a Tao Lin con Kakfa?)
Richard Yates me ha gustado porque realmente tiene las tres cualidades que definen a un joven nerd de hoy en día: abusa de lo tecnológico, es distante, y es realmente deprimente.
Me cansa el rollo vegano, me gusta Richard Yates
Brillante.
¿Os preguntáis quién es éste? Este es Tao Lin leyendo fragmentos de Richard Yates...
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