Según las
estadísticas, las 4:48 es la hora a la que más suicidios se cometen en
Inglaterra, ya que sobre es en ese momento cuando se acaban los efectos de los
fármacos tomados la noche anterior. Si hay alguien que conocía bien este dato era Sarah Kane, dramaturga,
escritora y finalmente suicida. Considerada una autora de culto del
denominado in-yer-face theatre (así es como
se llama al teatro emergente en Gran Bretaña durante los años 90), acababa de
cumplir 28 años cuando decidió suicidarse.
Lo había intentado con anterioridad
en varias ocasiones. La primera, durante su adolescencia. La segunda, poco
antes de la definitiva, tomándose unos 50 somníferos y algo más de 150
pastillas antidepresivas. Pensaba dormir para siempre, pero fue reanimada.
Quizá por eso, quizá por buscar una manera de morir sin más, al final se ahorcó
con los cordones de sus zapatos, las únicas "serpientes" que pudo
encontrar en el hospital psiquiátrico donde estaba internada. Kane anudó a su
cuello aquellos lazos porque a la tercera va la vencida. Y aquella vez no
falló. Murió el genio en 1999. Poco antes de su segundo suicidio, había escrito
su monólogo 4:48 Psicosis, en el que hablaba de la desesperación y la
enfermedad mental. La violación, la bulimia, la sexualidad, el deseo y la
locura fueron algunos de los otros temas que la acompañaron durante su corto
pero intenso viaje artístico. Elegir estos compañeros de viaje no fue algo
casual: era internada con frecuencia en centros psiquiátricos y en alguna
ocasión llegó a denunciar la violencia de algunos psiquiatras en los
centros de asistencia para enfermos mentales. También Kane escribió sobre la
violencia. La llevó a lo más alto de los escenarios especialmente con su
trabajo Blasted (Reventados) aclamado y denostado a partes iguales por la
crítica.
Muchos creerán que Kane no estaba enamorada de
la vida. Pero era más bien todo lo contrario. Dicen que, en persona, destilaba
vitalidad, nada que ver con la complejidad y el tormento que convivían con la
genialidad en su interior. Y dicen que su amor por el teatro era
especial. Así lo demuestra su teatro, excesivamente violento, brutal,
posiblemente no apto para todo tipo de sensibilidades. ¿Pero acaso el mundo no
es violencia, y el teatro una forma más de contar el mundo?
Aquí, algunos fragmentos de la obra de Sarah
Kane:
"Escribo para los muertos, los no nacidos.
Después de las 4.48 no volveré a hablar. He llegado al final de esta lúgubre y
repugnante historia, la historia de una mente confinada en un cuerpo extraño,
rechazada por el perverso espíritu de una mayoría moralmente intachable. He
estado muerta por mucho tiempo. Devuelta a mis raíces, canto sin esperanzas en
el límite".
"Córtenme la lengua
Arránquenme el pelo
Amputen mis miembros
pero déjenme mi amor
hubiera preferido perder las piernas
extirparme los dientes
vaciarme los ojos
antes que perder mi amor”
"Citalopram 20 mg. Temblores matutinos. Sin
otra reacción.
Se discontínuan la Lofepramina y el Citalopram
luego de resultar la paciente completamente harta de efectos secundarios y
falta de obvias mejoras. Síntomas de la discontinuación: mareo y confusión. La
paciente se derrumbaba una y otra vez, desvaneciéndose y tirándose bajo los
automóviles. Ideas alucinatorias: cree que el médico es anticristo.
Hidrocloruro de fluoxetina, nombre comercial
Prozac, 20 mg., elevado a 40 mg. Insomnio, apetito errático, (pérdida de peso
14 kgs.,) ansiedad severa, incapaz de alcanzar orgasmo, pensamientos homicidas
hacia varios doctores y fabricantes de medicamentos. Interrumpido.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario