Por favor, ayúdame a
morir. Pero antes, cásate conmigo. Véndame los ojos y dame vueltas
hasta que pierda el sentido y la desorientación sea mi guía.
Entonces, suéltame y espera a que nos choquemos como hicimos aquella
vez. Después, ponme un anillo en el dedo y ya puedes matarme, al
fin y al cabo, tengo la sensación de que eso es lo que llevas
esperando mucho tiempo. Elige un lugar, un arma y un motivo. Da igual
si es surrealista, cómico o abominable. No me importa si es
dulcemente lento o cruelmente suave. Eso sí, no tires mis cenizas al
mar. Espárceme por un camino largo y rugoso de esos que terminan en
un lago.