La editorial Edhasa ha publicado el relato ganador y los 9 finalistas del II Premio de Literatura Erótica Escrita por mujeres Válgame Dios en un libro en el que, como no podía ser de otra forma, sensualidad y erotismo son protagonistas absolutos. Buceando entre sus páginas nos sumergimos en el universo de diez autoras que utilizan la literatura para expresar cómo viven, sienten e imaginan lo erótico. Porque como dijo Octavio Paz: “En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación".
Precisamente si algo tienen en común todos los relatos de este libro es la imaginación, una imaginación que nos habla de pulsiones imposibles de controlar, de fantasías imprevistas que se hacen realidad, de infidelidades basadas en recuerdos mojados y de encuentros furtivos casuales o premeditados. En los relatos del Premio de Literatura Erótica Escrita por mujeres Válgame Dios hay androides que no sueñan con ovejas eléctricas y que hacen felaciones perfectas y hay huidas en plena noche de bodas. También hay amantes, política aderezada con sexo (y viceversa) y compañeros de piso que comparten mascotas y orgasmos. Muchos orgasmos. Porque entre estas páginas los orgasmos no podían faltar siendo el erotismo sinónimo de placer y disfrute. Este libro es precisamente eso: una llamada a la excitación de los sentidos a través de la palabra.
Las palabras tienen magia y las voces de estas diez escritoras son como chisteras de las que surge un vergel de seductoras historias
Precisamente uno de los puntos destacables de este libro es esa heterogeneidad que permite la variedad de voces, de enfoques y de intensidades de los relatos, que van de lo explícito a lo sugerido pasando por puntos intermedios que satisfacen la avidez de cualquier lector. Porque, ¿cuál es el límite del erotismo? ¿quién pone o quita barreras? Lo erótico está a nuestro alrededor y es parte de nuestra naturaleza. Es más: es parte de cada una de nuestras naturalezas. Podríamos decir que, junto al sexo, es uno de los motores del mundo. Que late en el fondo de todos nuestros actos. Podríamos decir incluso que, desde un punto de vista biológico, en toda muestra de amor y cariño rezuma una dosis, aunque sea práctiamente imperceptible, de erotismo. (para muestra, un botón).
Lo erótico nos pertenece a cada uno de nosotros a nivel individual. Por eso sus posibilidades son tan amplias, por eso sus manifestaciones son tan ilimitadas y por eso la variedad de elementos que lo evocan abarca puntos aparentemente distantes entre sí. Ante lo erótico nos abrimos a todo tipo de experiencias con las que beber, sentir, oír o ver. Podemos crecer, reinventarnos, hacernos y sentirnos más libres. Explorar nuestros límites, incluso los más íntimos y sugerentes. La literatura es una herramienta más para expresarlo, celebrarlo, anhelarlo o compartirlo. Y siempre sin sentir vergüenza por ello.
Los amantes de la literatura erótica y los curiosos que se hagan con este libro de relatos tienen entre sus manos diez historias que derriban tapujos y tabús, diez cápsulas de literatura con sabor manzana. Sucumbir a la tentación en este caso es muy fácil. Ni a ellas ni a ellos debe causarles rechazo la firma femenina de todos ellos y, una vez abierto, os invito a seguir adelante y os deseo que “Pulsión” (el relato ganador de II Premio de Literatura Erótica Escrita por mujeres Válgame Dios) sea el primer impulso para deslizaros por unas páginas cargadas de sensualidad.
El último relato que encontraréis en el libro lleva la firma de una servidora y tiene muchas de las cosas que me gustan: años 20, iconos del cine, ambigüedad, libertinaje y erotismo desbordado. Se llama “La lesbiana muda” y transcurre, como no podía ser de otra forma, en blanco y negro.
Pasen, lean y disfruten de cada una de las páginas de este libro.
Lo erótico nos pertenece a cada uno de nosotros a nivel individual. Por eso sus posibilidades son tan amplias, por eso sus manifestaciones son tan ilimitadas y por eso la variedad de elementos que lo evocan abarca puntos aparentemente distantes entre sí. Ante lo erótico nos abrimos a todo tipo de experiencias con las que beber, sentir, oír o ver. Podemos crecer, reinventarnos, hacernos y sentirnos más libres. Explorar nuestros límites, incluso los más íntimos y sugerentes. La literatura es una herramienta más para expresarlo, celebrarlo, anhelarlo o compartirlo. Y siempre sin sentir vergüenza por ello.
“Todo en la vida trata sobre el sexo, excepto el sexo. El sexo trata sobre el poder.”
Oscar Wilde
Los amantes de la literatura erótica y los curiosos que se hagan con este libro de relatos tienen entre sus manos diez historias que derriban tapujos y tabús, diez cápsulas de literatura con sabor manzana. Sucumbir a la tentación en este caso es muy fácil. Ni a ellas ni a ellos debe causarles rechazo la firma femenina de todos ellos y, una vez abierto, os invito a seguir adelante y os deseo que “Pulsión” (el relato ganador de II Premio de Literatura Erótica Escrita por mujeres Válgame Dios) sea el primer impulso para deslizaros por unas páginas cargadas de sensualidad.
El último relato que encontraréis en el libro lleva la firma de una servidora y tiene muchas de las cosas que me gustan: años 20, iconos del cine, ambigüedad, libertinaje y erotismo desbordado. Se llama “La lesbiana muda” y transcurre, como no podía ser de otra forma, en blanco y negro.
Pasen, lean y disfruten de cada una de las páginas de este libro.
Jean Acker y Rodolfo Valentino |
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