Si añadiéramos a las copas, oros, espadas y bastos un nuevo palo ese podría ser el de “puzzles” y, de ser así, Georges Perec sería, sin duda, el quinto rey de la baraja. Perec no es precisamente un escritor de masas. Al contrario, es un creador al que la crítica todavía considera “de culto” a pesar de que su obra, extensa, digna de análisis y de revisiones constantes, haya sido traducida ya a más de una docena de idiomas. Una situación compleja ésta porque también hay quien lo sitúa junto a Proust y Céline en el gran canon de la literatura francesa del siglo XX.
“Escribir
es tratar meticulosamente de retener algo, de hacer que algo de todo
esto sobreviva: arrancar algunos pedazos precisos al vacío que se
forma, dejar en alguna parte, un surco, una huella, una marca, o un
par de signos".
Leer
a Perec significa apreciar sin reparos la obra de este auténtico
mago de la palabra visual cuya genialidad reside en la capacidad de
huir de la grandeza y de enseñarnos a posar nuestros ojos y nuestra
mente en los detalles pequeños, minúsculos, que enriquecen su
controvertido universo. La obra de Georges Perec sigue siendo objeto
de estudio y análisis y un punto de partida para la creación más
innovadora treinta y tres años después de su muerte. Él mismo
hizo de la creatividad su mejor fuente de inspiración y no “repitió”
temas, ni estilos, ni procesos creativos en ninguna de sus obras,
haciéndolas completamente únicas y forzándose continuamente a
renovar su repertorio, a
redescubrirse en cada nuevo proyecto. Perec también se acercó a la
pintura, a los esbozos que él mismo trazó para componer la que
sería la obra de su vida, “La vida instrucciones de uso”, y
quizá por eso este trabajo esté lleno de referencias a los maestros
de los pinceles de todos los tiempos.
Antes
de concluir la lectura de “La vida instrucciones de uso”
(en el momento de escribir este post me quedan exactamente 53
páginas) puedo decir que ya es uno de mis libros favoritos o,
por lo menos, uno de esos que siempre recomendaré a quien
quiera escucharme. Creo que quien dice que esta novela es similar al Ulysses de James Joyce por su repercusión e influencia creativa se queda corto. Perec, el de los puzzles,
va un paso más allá que el irlandés y nos ofrece una obra
literaria magistral que tiene en la singularidad su más destacable
seña de identidad.
Es
muy complicado que hayas leído algo similar.
Georges Perec y su particular "13 Rue del Percebe"
“Me
imagino un inmueble parisiense cuya fachada ha desaparecido (...) de
modo que, desde el entresuelo a las buhardillas, todas las
habitaciones que se encuentran delante sean visibles instantánea y
simultáneamente".
Si
algo debía tener Perec era sentido del humor. En todas las
fotografías en las que aparece luce una pícara sonrisa acompañada
de su pelo alborotado, su poblada perilla y sus implacables ojos
saltones. Viendo su imagen pocos pueden leer una historia personal
dura, sobre todo en la infancia, marcada por la pérdida de sus
padres y de gran parte de su familia directa en el Holocausto. Perec
sobrevivió y encaminó su vida hacia el arte. Se entregó por
completo a la pintura y a las letras, aunque durante un tiempo
también trabajó como bibliotecario. Fue miembro del
movimiento Oulipo, (“Ouvroir de littérature
potentielle”) un grupo de
literario formado por escritores y matemáticos y que unía conceptos
propiamente matemáticos como algoritmo o fractal con la creación
literaria, o lo que es lo mismo, usar las matemática para fabricar literatura. Así, por ejemplo, los miembros de Oulipo eran capaces de
estudiar de cuántas formas podría contarse una misma escena y
experimentar con ello. Pongamos el supuesto de que en un autobús que
tiene cuarenta pasajeros y un conductor a una mujer se le derramaba
agua de una botella en el suelo. Este hecho podría ser contado según la visión
de cada uno de las personas que hay en el autobús, por ella misma
y por distintas voces narrativas, en distintos tiempos verbales, etc.
Sobre
“La vida instrucciones de uso” tengo
que decir que es un libro que huele a literatura. En él se cuenta la
historia de un grupo de inquilinos que vive en una finca del centro
de París. Las historias parten de cada una de las estancias
habitadas del edificio, nos describen qué tipo de muebles hay en
cada una, qué música suena o si encima de la mesita hay una revista
literaria tal o cual. En todas ellas hay un recorrido que contar,
pues el edificio fue construido hace años, y por lo tanto, cada uno
de los pisos ha sido comprado, vendido, heredado o reformado en algún momento. Muchos inquilinos guardan relación entre sí,
otros mantienen una vida oculta y solitaria, y muchos de los que
aparecen, propietarios originales o hijos de éstos, ya están
muertos. Dentro de este puzzle de vidas y de historias se nos
describen personajes muy humanos y a la vez completamente
excéntricos, incluso algunos de ellos anacrónicos.
Pero
no sólo la trama de la novela es digna de mención. El proceso de escritura hace que este libro sea tan "diferente del resto. Para crear “La vida instrucciones de uso” Georges Perec
realizó con un gran rompecabezas formado por más de 1.500
personajes que se ubican en unos cincuenta escenarios o habitaciones.
El orden de los capítulos “
se
comporta de acuerdo con una solución del problema del caballo
—normalmente
asociado a cuadrículas de 8×8 correspondientes a un tablero de
ajedrez —
encontrada
experimentalmente por el mismo Perec. De este modo, cada estancia
tiene asociada un capítulo diferente, y sólo se describe en todo el
libro una única vez.
(…) Además,
cada parte del libro se acaba con un capítulo posicionado de tal
manera que ya se haya pasado por los cuatro bordes de la cuadrícula”.
(si queréis leer más sobre "la gestación" de esta grandísima novela podéis
consultar directamente en la Wikipedia, donde lo explican bastante
bien).
Para
terminar decir que, por supuesto, “La vida instrucciones de uso”
está llena de rompecabezas, de enigmas, acertijos matemáticos, criptografías y, por supuesto, de puzzles, y que éstos
que tienen un papel muy importante en los principales personajes
protagonistas de la novela. Más que recomendable...casi de lectura obligatoria.
2 comentarios:
Otro más para la lista. Yo así no puedo, ¿eh? Así no.
Llevaba tiempo deseando leerlo y ahora tengo ganas de hincarle el diente a otra obra de Perec, aunque esta ha puesto el listón bastante alto.
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