¿Y
a quién no le gusta David Lynch?, pensaréis muchos. Pues la verdad
es que hay gente a la que David Lynch no le gusta pero nada de nada.
Evidentemente ese no es el caso del escritor Jöel Dicker, que parece
evocar uno de los trabajos más famosos de Lynch en su archiconocido
libro “La verdad sobre
el caso Harry Quebert”.
Porque si no te gusta Lynch, ¿para qué vas a escribir un libro que
reproduce muchos de los escenarios, personajes e ideas de Twin
Peaks?
¿Quién
mató a Nola Kellergan?
es el ¿Quién mató a
Laura Palmer? de Jöel
Dicker, escritor suizo que en 2012 se hizo mundialmente famoso
gracias a su novela “La
verdad sobre el caso Harry Quebert”.
La categoría de best seller con su consecuente entrada fulminante
en ránkings y traducciones de medio mundo le llegó pronto a esta
novela que nos cuenta la historia de un escritor que, sumido en una
crisis creativa, abandona Nueva York para visitar a su antiguo
profesor y amigo, que también es escritor y que vive en un pequeño
pueblo que responde al nombre de Aurora. Al volver al mundo real
tras su breve descanso el joven escritor descubre que su mentor ha
sido detenido por el asesinato de una joven con la que mantuvo un
idilio hace más de tres décadas.
A
partir de aquí Marcus Goldman (escritor en crisis) y Harry Quebert
(profesor y acusado de asesinato) se convierten en protagonistas de
una investigación que servirá a Goldman para escribir un gran
libro, una especie de obra maestra con la que quiere, por una parte, retomar su
carrera como escritor y, por otra, esclarecer los hechos para limpiar
la imagen de su amigo Harry Quebert.
Laura, Nola y viceversa
La
verdad es que la novela gusta. Es normal que guste y que guste mucho.
Sumergiéndote en los primeros capítulos es muy fácil entender
dónde está el gancho y entiendes que es normal que haya sido superventas en muy
poco tiempo. Es interesante el paralelismo entre Goldman y Dicker y esa relación "maestro-alumno" y de admiración mutua que da “credibilidad” a la historia. Credibilidad
literaria, quiero decir. Luego está el ritmo narrativo, que a veces
es un poco lento por las descripciones repetitivas, y por último la
sucesión extremadamente forzada de los giros argumentales en los
últimos capítulos del libro. Esto último es, posiblemente, lo que
menos me ha gustado de “La
verdad del caso Harry Quebert”. La novela tiene unas 600 páginas (por suerte no muy densas) y las
tramas se resuelven prácticamente en las últimas cuarenta, y esto
da qué pensar si el escritor no podría haberse ahorrado algunas
partes de la historia que son totalmente estériles.
Sin
embargo hay algo que me ha sorprendido gratamente pero que a la vez
y a nivel muy personal ha deslucido mucho este libro. Y es que
durante su lectura y prácticamente desde el principio he reconocido
en él muchas similitudes con
Twin Peaks, serie de
televisión estrenada en 1990 y que lleva la firma del director de
cine David Lynch. Para los que hayáis visto la serie, tengo que
decir que el parecido es más que razonable. Ambas transcurren en un
pequeño pueblo donde todos se conocen; en ambas aparece el cuerpo
sin vida de una chica adolescente asesinada en circunstancias
violentas; en las dos historias el bar-café-restaurante rural tiene un papel
muy importante; en ambas los policías del pueblo juegan un papel decisivo descubriendo y ocultando la verdad; las dos tramas están plagadas de personajes oscuros con dobles personalidades, excéntricos, etc. criados cerca de la frontera con Canadá. En
realidad todas estas parecen similitudes “simples”, podríamos decir hasta cierto punto lógicas porque libro y serie pertenecen de una u otra forma al género
thriller.
Pero si ahondamos en las dos protagonistas, Laura Palmer y Nola Kellergar el parecido es todavía mayor:
Pero si ahondamos en las dos protagonistas, Laura Palmer y Nola Kellergar el parecido es todavía mayor:
- Ambas son adolescentes.
- Ambas son chicas modelo, ejemplo para toda la comunidad, queridas y muy conocidas por todos.
- Nola y Laura mueren en una situación violenta. La motivación sexual está muy presente en los dos casos desde el principio de la investigación pero, especialmente, conforme se van conociendo los hechos.
- Ninguna de las dos adolescentes tienen, aparentemente, ningún problema. Son perfectas. Guapas. Eso causa un gran magnetismo en los hombres, por lo que, en el fondo, provocan ciertos celos en las mujeres, que en todo momento están sujetas a la presunción de culpabilidad.
- Nola y Laura mantienen una relación muy compleja con sus progenitores, tanto con sus padres como con sus madres. Y cuando digo que la relación es compleja es que es enfermiza.
- Las dos tienen un pasado oscuro relacionado con problemas psíquicos, con prácticas sexuales poco lícitas y con esa perversidad que inexplicablemente parecen generar a su alrededor.
El escritor bien (des) escrito
Pero,
por supuesto, no todo va a ser malo en la novela de Jöel Dicker. Leí
“La verdad del caso Harry
Quebert” en dos días y fue porque me apetecía conocer cómo se
resolvían todas las tramas, o lo que es lo mismo, porque me enganché
mucho. Parte de ese enganche se debe sin duda a la construcción excelente
de los dos personajes principales, especialmente de Harry Quebert,
escritor y profesor de literatura y principal sospechoso del
asesinato de Nola Kellergan.
Harry
Quebert tiene elementos de muchos escritores famoso fácilmente
identificables. Está en la más completa soledad, pues nunca se ha
casado ni ha tenido hijos ni familia. Vive retirado en un gran
caserón en Aurora, no tiene visitas y sus amistades se reducen, casi
únicamente, a su discípulo Marcus Goldman. Sólo tiene una gran
novela , que le valió el reconocimiento mundial y
que le catapultó a la fama (como Harper Lee, que está ahora muy de moda), y desde entonces su trabajo se centra en
sus clases en la universidad y en los seminarios y conferencias que
imparte a lo largo y ancho del país. Esa novela única parece esconder un
mensaje oculto y parece también ser el motivo de que Quebert esté
prácticamente aislado del mundo, llegándose incluso a arrepentirse de haberla escrito (¿algo similar a lo que le ocurría a J. D Salinger?) Además
el escritor Harry Quebert es un amante confeso del boxeo, disciplina que practicaban otros grandes de la literatura como Ernest Hemingway,
Scott
Fitzgerald, Arthur
Conan Doyle,
Jack London o Lord Byron. Y para terminar Harry Quebert destila
algunos efluvios sexuales que nos recuerdan a Humbert Humbert y a su
obsesión por la Lolita de Nabokov y que nos presentan a un tipo que no es lo que
parece y que se descubre como alguien poco entrañable, atormentado y grismente oscuro.
“La
verdad sobre el caso Harry Quebert” es un libro muy recomendable. Es cierto que bebe y que nos recuerda a otras muchas referencias culturales y literarias pero eso no es malo, de hecho, me parece de lo más natural. Es una novela larga pero de lectura fácil y rápida. A veces
un poco lento pero la trama está perfectamente articulada así que tampoco nos perdemos en ella. Y si, es cierto que tiene cosas que no me gustan. Pero si me preguntas si es un libro que recomiendo, la respuesta es que sí.
Larga vida al thriller literario.
Larga vida al thriller literario.
2 comentarios:
A mí también me duró un par de días. De acuerdo en todo, en la similitud con Twin Peaks y el parecido de Harry Quebert con Humbert Humbert, aunque leí un artículo en el que Dicker decía que no había leído nunca Lolita. Yo no me lo creo.
Yo tampoco me lo creo. Pero si no ha leído "Lolita", mal por él.
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