Novedades: Un hombre sin rostro...o con miles de ellos



De nueve letras. Resultado de un misterioso proceso alquímico cuyo descubrimiento supondría descifrar el origen de la vida: homúnculo. De diez letras. Teoría que propone que la vida puede tener su origen en cualquier parte del universo y que sugiere que las primeras partículas de llegaron a nuestro planeta desde el espacio exterior, viajando en meteoritos: panspermia. Ocho letras: género cinematográfico adoptado también por la literatura  que persigue despertar la emoción, la tensión y el suspense a partir de la narración de algún hecho criminal o judicial: thriller. De ocho letras. Que está ordenado en forma de casillas blancas y negras, en forma de cucigrama: porvenir

Aunque la última pueda parecer extraña, ésta es una de las muchas definiciones que Elías Arce utiliza para definir los extraños acontecimientos que parecen protagonizar su vida. Elías Arce trabaja en un periódico. Durante años se ha dedicado a redactar crucigramas, lo que le ha dotado de una interesante capacidad para buscar definición a todo y que le ha acarreado las burlas de sus compañeros de trabajo, que no entienden su “ascenso” al puesto de redactor. El asesinato de un importante científico en el Museo Nacional de Ciencias Naturales es su oportunidad perfecta para hacerse un hueco en el difícil oficio de periodista y para demostrar su valía. Es entonces cuando se cruzan en su camino una serie de personajes que resultarán tan dispares como interesantes y que parecen ser la clave para resolver el misterio que le encumbrará en su carrera profesional: un importante científico del reino con una capacidad intelectual 500% superior a la media, un mayordomo de 200 años de edad  y una joven aficionada al boxeo y los coches de carreras que por sus maneras y comportamientos parece salida de otra época diferente a la que se desarrolla la historia, la España del año 1908

Con un lenguaje claro y preciso y con esa agilidad que sólo unos pocos autores saben dar a sus novelas, Luis Manuel Ruiz nos acerca al periplo de este intrépido intento de periodista de abrigo roído y tupé naranja, a medio camino entre Sherlock Holmes y Tintín por aquel Madrid que recibió con resaca política y social la entrada del siglo XX. Un Mercedes Benz Samplex de ocho caballos y el Cornix mercurialix, un extraño animal que segrega una peculiar sustancia usada con fines perversos, serán los otros protagonistas de esta historia que te mantiene al lector pegado a las páginas desde el principio hasta el final y que viene a demostrar, una vez más, que una historia bien imaginada y plasmada después sobre el papel es la mejor arma que un escritor tiene para ganarse (o sorprender) a su público.


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