LLEGÓ....Y AULLÓ POR SEGUNDA VEZ
La publicación de “Devenir Perra” supuso la irrupción en el panorama editorial de una de las plumas más “omnívoras” del feminismo contemporáneo: la rebelión de las perras, los aullidos de las raras y feminismo más Trans-gresor tenían voz propia tras los labios de la incombustible Itziar Ziga. Ahora, la escritora vasca nos presenta “Un zulo propio”, un segundo trabajo con el que termina de sumergirnos en su universo más personal, allá donde viven Tania Head, Rocío Jurado, Marí Trini, la Bella Otero, Virginia Wolf y muchas otrasmás. El espacio en el que la lengua viperina convive con el lenguaje preciso, el lugar donde las barreras son sorteadas por mujeres de tacón de nueve centímetros parabellium y la fiesta en la que los vestidos de sevillana kitsch, la purpurina y las lentejuelas se entremezclan con la denuncia y el rechazo a lo opresor de la heteronormatividad. Una dosis de realidad-real ajena a los estereotipos. Seductor. Inteligente. AntiPatriarcal. Hedonista. Lascivo. Sugerente. Lleno de talento. En definitiva: un libro altamente recomendable.
Foto: Miriam Cameros
Con este segundo libro nos presentas una recopilación de textos de diversa índole (ensayo, blog, artículos, presentaciones, conferencias) bajo el título “Un zulo propio”. Uno de los artículos tiene este mismo nombre también. Me gustaría que, para empezar, nos definieras qué es ese zulo propio y porqué es tan importante, especialmente para las mujeres.
El zulo propio no es sólo un espacio físico, una guarida. Es sobre todo un lugar prioritario que te das a ti misma en tu interior. A las mujeres se nos ha colonizado por dentro, adoctrinándonos para desplazar nuestro centro hacia las expectativas que tenemos de los demás. Eso es una locura inhabitable. El zulo es la morada, es el lugar en el que te vuelves posible.
Uno de los temas que se reflejan en este libro es la situación de discriminación e invisibilidad que sufren algunas personas a causa de su sexo, bien su sexo biológico, bien por su orientación sexual o bien por ambas cosas. Hablas de “rarofobias”. ¿crees que a veces esas “rarofobias” pueden ser “desconocidofobias” o al final todo se reduce a una relación de poderes?
El cuento de la normalidad no sólo sirve para jerarquizarnos, sobre todo adoctrina fanáticos de unas normas que no les favorecen más que para sentirse por encima de las raras. Unos dudosos privilegios, una traición demasiado barata. Pero funciona, vaya si funciona. Aunque las raras (putas, maricas, bolleras, punkis, trans,…) disfrutamos a menudo de una ventaja: desde los márgenes gozamos la vida más que ellos.
En el ibro afirmas que las discriminaciones se acumulan, no son excluyentes. En el último capítulo haces referencia al caso de la atleta Caster Semenya. ¿Porqué se armó tanto revuelo con este caso? ¿cree que fue porque era una mujer o porque era una mujer, negra, de un país pobre, quizá lesbiana?
Caster Semenya enfureció a sus envidiosas competidoras porque batió todas las marcas de la potencia física femenina. Durante semanas, los periódicos no paraban de admitir que la segregación sexual entre mujeres y hombres no es infalible, lo cual desmonta las bases del patriarcado. No sólo el género de la atleta sudafricana es confuso. Pero es mucho más fácil cuestionar la feminidad de una corredora negra y marimacho como ella porque la concepción generalizada de “la mujer” es culturalmente blanca y heterosexual, incluso en el seno del feminismo.
Un zulo propio” está lleno de referentes culturales y sociales, algunos actuales y otros más lejanos en el tiempo. Para mí, Victoria Wolf también será siempre la Nicole Kidman de “Las Horas”... Cuéntenos algo de esta mujer, considerada por muchas como una de las primeras feministas y a la cual también hace un “guiño” con el título de su libro.
Virginia Wolf, en pleno crack capitalista (1929) escribía “Una habitación propia” para reivindicar el espacio íntimo e inviolable que necesitaban las mujeres para poder escribir, crear, generar su propio discurso. Ochenta años después y de nuevo amenazadas por la pobreza, publico “Un zulo propio” en homenaje a ella. Virginia fue una creadora desgarrada y brutal. Hoy es fácil especular sobre si era bipolar, pero de lo que no hay duda es que fue una mujer valiente que extremó su libertad en una sociedad asfixiante, sobre todo para las mujeres. Me jode que aún hoy se repita que de alguna manera su deseo lésbico la arrastró a la locura. Eso sí: se suicidó con una elegancia insuperable.
En este mismo artículo hablas de otras mujeres del mundo de la literatura con especial atención a la historia de Margarete Buber-Neuman y Milena Jesenská porque, como apuntas en el libro, a la segunda se le conoce popularmente por su relación con Kafka. ¿cree el tiempo hará justicia a miles de mujeres del mundo del arte y la cultura a las que se les ha condenado al ostracismo por el hecho se ser mujeres?
Esta alianza en el abismo me fascina, se conocieron en un campo de concentración. El reconocimiento en el mundo del arte sigue otorgándose aún hoy a hombres blancos heterosexuales burgueses y occidentales. El resto, sólo contamos como excepción histórica. No creo que vaya a cambiar demasiado este panorama en breve. Pero, sabes, a mí me encanta la arqueología literaria. Puedes encontrar tantas joyas en los estantes más apartados de una librería. Una vez compré por veinte duros en el DIA un ensayo de María Zambrano, me pareció mágico.
En “Un zulo propio” viven además Mari Trini, la Bella Otero, Rocío Jurado o Tania Head. ¿Cuántas mujeres caben en tu “zulo” y cuál de todas es tu favorita?
Soy mitómana perdida, sobre todo idolatro a divas bastardas. En este sentido, Tania Head es la reina. Impostó su personaje de víctima del 11S hasta que la descubrieron y humillaron, cómo si esa efeméride no estuviera envuelta en mil mentiras. Los aviones impactando contra las torres siguen pareciéndome ciencia ficción. Me encanta decir que yo soy la Tania Head del feminismo. Mi formación de periodista me produjo alergia a la objetividad y creo que a veces podemos explicar mejor nuestro lugar en el mundo desde las leyendas urbanas reapropiadas, desde las biografías lubricadas por el deseo. Y el zulo, en realidad, no tiene paredes. Por eso cabemos todas.
Devenir Perra” y “Un zulo propio” tienen en común cierto tono “provocativo” tanto por el lenguaje como por los temas que se tratan, a veces con ironía, pero sin perder en ningún momento el tono reivindicativo. ¿Qué es para ti la provocación? ¿Es algo natural, una forma de llegar al público, una necesidad, un modo de representar la realidad?
Yo no he elegido escandalizar, simplemente mi vida resulta provocadora a los ojos de las miradas bienpensantes y moralistas. El desafío cuaja en la retina del otro. Soy una golfa hedonista a la que le gusta hacer la suya, feminista y bollera. A no ser que me disfrace de normal cuando escribo, provocaré siempre. Para sobrevivir, me he dejado expoliar en todos los trabajos precarizados, feminizados, sexualizados que el mercado capitalista reserva a una chica pobre y extraviada como yo. Pero cuando escribo, ahí si que no me prostituyo. Aunque me satisface sobremanera que mis historias resulten liberadoras para otras.
En el panorama editorial actual, inundado de propuestas recurrentes, repetitivas, “de moda” ¿ qué ha supuesto para ti que una editorial haya apostado por publicarte?
¡Un sueño! El día que firmé el contrato editorial de “Devenir perra”, al salir de la editorial temía que una nave espacial me abdujese. No terminaba de creérmelo. Para mí y para otras perversas (María Llopis, Diana J. Torres, Sayak Valencia) que exista Melusina y que nos publique, es providencial. Casi divino.
Volviendo a “Un zulo propio”, en el capítulo “La hora de las perras”, hablas de Judith Iglesias y de Miriam Sánchez, ganadoras ambas de dos programas de telerrealidad. ¿eres fan de estos programas? ¿crees que son reflejo de la sociedad?
Jaja… me encanta mezclar en la misma página el teledestripe con Juditn Butler. Adoro la tele, también la aborrezco. No he vuelto a ver ningún programa de hacinamiento humano retransmitido pero aquel año fue glorioso: una actriz porno y una sexóloga gótica ganando frente a tanta maruja patria. La hora de las freakis, por fin, de las raras, de las guarras, de las malas empoderadas. El espejo de la sociedad ha estallado en mil pedazos.
Hablando de machismo, el otro día un “señor” decía en tv que creía que las cosas estaban cambiando porque si se comparaba con su abuelo o su tío, todo era distinto. Dejando valoraciones a un lado... ¿ crees que las cosas están cambiando? Desde dentro del feminismo y como activista, ¿en qué punto se encuentra el feminismo en estos momentos?
La ONU dijo hace unos años que, si las cosas continuaban como hasta ahora, el mundo sería igualitario para hombres y mujeres dentro de unos tres mil quinientos años. El dato es una gilipollez porque ni la historia es planetaria, lineal y ascendente, ni sé cómo calcularon semejante cifra. De cualquier manera, aunque todo cambie, estoy de acuerdo con la ONU en que nos queda machismo para rato. Y racismo y homofobia y pobreza y persecuciones. Pero en diciembre de 2009 se celebraron en Granada las jornadas feministas estatales y allí me empapé de un feminismo potente, intergeneracional, radical, vivo,… Y había muchísimas chicas de veinte años que se nombran como feministas a pesar de toda la propaganda estigmatizante con la que se pretende que las mujeres renunciemos a ese gran movimiento colectivo liberador sin el cual seguiríamos encerradas en nuestras casas, atadas a la pata de la cama, desposeídas de nuestros cuerpos… y sin zulos propios.
Algunos de los textos de “Un zulo propio” están recopilados (y publicados) en tu blog. ¿hasta donde pueden ayudar las nuevas tecnologías en la lucha feminista?
Mucho, ha sido una revolución tecnopolítica alucinante. Y no sólo para el feminismo. Se están tejiendo redes, coordinando campañas, generando discursos de una manera horizontal, espontánea, periférica, imprevisible. Toda la campaña para despatologizar la transexualidad que tiene como objetivo el 2012 se ha conectado a nivel mundial desde la red. Y los blogs, en concreto, han supuesto la salida del armario como escritoras, como pensadoras, como conspiradoras, para miles de mujeres, partiendo de si mismas. Posibilitando un discurso político que ya no es universalizante, sino subjetivo. Más modesto, más poético, más transversal… y más incisivo al final.
Te defines como anarquista y supervaga. Pero tu autodefinición más genuina ( al menos la que más me ha llamado la atención) es de la ex_dona. En su libro lo explicas, pero para aquellas que no lo hayan leído ¿podrías hablarnos de este concepto y de cómo surge?
Ex_dones fue un grupúsculo feminista que perpetramos hace unos años entre varias amigas para retomar el activismo pero sin sentirnos atadas a militancia alguna. Lo definíamos como el eslabón perdido entre el feminismo y el esperpento. El nombre alude a una voluntad de escapar de los esencialismos de género. Yo siempre digo que soy mujer por diagnóstico médico. Lo decidieron en el hospital cuando nací, de no haberlo tenido claro podrían haberme sometido a todo un protocolo carnicero de reasignación sexual para ajustar mi cuerpo, mis hormonas, mi entrepierna, a lo que la autoridad médica decidiese que debía ser una hembra humana, como sucede con millones de bebés diagnosticados intersex en nuestros hospitales desde los años cincuenta. Esto parecen historias de terror, pero son dolorosamente reales. En este sentido, lo de ser mujer u hombre queda irremediablemente relativizado. Y también afirmo ser mujer por estrategia política, es decir, para situarme desde un lugar que me permite aliarme y combatir el machismo dominante porque, a fin de cuentas, es el enemigo quien nos nombra. ¿Sabes qué significa “apache”? Se lo pusieron varias comunidades de aborígenes para defenderse de los colonizadores en lo que hoy son los EEUU. ¡Quiere decir “enemigo”!
A vueltas con la [B]isexualidad” es un capítulo que habla precisamente de eso, de la problemática que en ocasiones surge a la hora de ponerle nombra a las cosas. Podemos hablar de este caso concreto, pero en línes generales ¿por qué tenemos necesidad de definir las cosas? ¿es tan importante ponerle un nombre a todo?
Nos movemos en esas arenas movedizas semánticas. Lo que no se nombra, no existe. Y lo que se nombra, queda delimitado. Esa tensión lo cruza todo, aunque hay que desdramatizarla. Me parece interesante revisar nuestros conceptos, pero no obsesionarnos con tanta depuración. A veces tampoco hay que llegar a acuerdos. Hay lenguajes que buscan lo nunca dicho, como la poesía.
"Devenir perra” tiene su “base” en un conjunto de entrevistas a mujeres anónimas y “Un zulo propio” recoge historias de mujeres más conocidas. Eso sí, en ambos casos introduce una importante carga”personal” ¿no te da miedo desnudarse tanto delante de sus lectores?
Quizás sea una inconsciente, mi madre me dice que me expongo demasiado. Pero yo mantengo que, cuando lo largas todo, desarmas los ataques moralistas. Antes de que me llamen puta, lo digo yo. Además, no tengo nada de qué avergonzarme. Yo no hago daño a nadie siendo como soy. Si fuera una banquera o una policía o una madre castradora, eso sería otro cantar. Sólo soy una perra lúbrica.
¿Está trabajando ya en un nuevo proyecto editorial? ¿Te has planteado escribir una novela o cree que lo suyo es “la pura realidad”?
Sí, me apetece el salto a la ficción. Por el momento, además de otro ensayo visceral y feminista, estoy escribiendo una obra de teatro muy disparatada. Es increíblemente liberador que todo se reduzca al diálogo. Me disparo muy bien en la escritura bala.
Para finalizar, me gustaría que nos dieras tres recomendaciones, algo así como “los tres trabajos imprescindibles según Itziar Ziga.
"Teoría King Kong” de Virginie Despentes, “Manifiesto puta” de Beatriz Espejo y “Testo Yonqui” de Beatriz Preciado… muy en mi línea.
"Un zulo propio". Ed. Melusina. Diciembre 2010.
Blog de Itziar Ziga: hastalalimusinasiempre.blogspot.com
"Un zulo propio". Ed. Melusina. Diciembre 2010.
Blog de Itziar Ziga: hastalalimusinasiempre.blogspot.com