Libros de verano: Los cuatro jinetes del Apocalipsis

 
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Blanco, rojo, negro y bayo. La Victoria, la Guerra, el Hambre y la Muerte. Cuatro caballeros  campan a sus anchas sobre una Europa que se desangra por varios costados. Estamos en 1916 y la Gran Guerra es un concepto en pleno proceso de invención, algo que todavía no existe aunque se huele en un ambiente pestilento. Nunca la maquinaria bélica había sido tan perfecta, nunca tan depurada,  nunca diseñada con tanta previsión para hacer daño al enemigo. Nunca nadie había pensado en algo llamado "máquina picadora de Verdún" y que esa picadora desmembrara cuerpos humanos. El Estado, el sistema, parecen quedar a un lado. El objetivo son los civiles, desgastar a los hombres en el frente y a las mujeres en la retaguardia. En este contexto  el maestro Blasco Ibáñez nos regala una de su obras maestras, “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, ambientada justo en el inicio de esa guerra que parecía no tener fin y en la que el fin del mundo se apareció en aquella primera batalla del Marne y después en cada Somme y en cada trinchera. Esta novela tiene mucho de Vicente Blasco Ibáñez, de su espíritu y de su pensamiento enténtico, y es uno de esos libros que merece una revisión especial en este verano en el que se ha cumplido un siglo de su publicación.