Miscelánea/ historia: Jorge Juan, militar, matemático y el mejor espía del siglo XVIII



Comentario sobre "El viejo cuaderno", de Antonia Montaner. En el Londres de mediados del siglo XVIII un librero que responde al nombre de Mr. Josues se mueve por Inglaterra recavando todo tipo de información sobre barcos, azogues, dragados y lacres. Trata y convive con los hombres más instruidos del momento, con navieros, con ingenieros y con personajes ilustres. Muy pocos (prácticamente nadie) sabían que este hombre era un espía español enviado a Londres por el rey Fernando VI para "robar" todos los secretos de la construcción de barcos de los ingleses.  Su misión final era propiciar una suerte de "fuga de cerebros" para que los mejores técnicos y constructores ingleses vinieran a vivir y a desarrollar su trabajo en España, creando en nuestro país una escuela naval a imitación de la que construíalos mejores navíos del Támesis.Finalmente el espía fue descubierto, dicen que por culpa de una mujer despechada que lo denunció, pero logró escapar vestido de marinero y trayendo consigo algunos de los secretos de construcción naval más importantes del mundo.

El espía era en realidad un elocuente marino, un hombre hecho en el mar y que había servido a los intereses del anterior monarca, Felipe V, bajo la bandera de la cultura y la ciencia. Jorge Juan y Santacila (este era el verdadero nombre del espía en cuestión) había destacado no sólo como marino sino también como astrólogo y matemático. De él se dice que es el mejor y máximo representante de la Ilustración española, aunque también el más olvidado. Su periplo londinense se cuenta por logros, siendo capaz de "importar" a España nuevas técnicas de fundición de cañones y creación de cronómetros muy precisos, fundamentales para averiguar y controlar longitud y velocidad de navegación, cálculos que serían imprescindibles de cara a las batallas navales que vinieron despúes. Sus descubrimientos y su proyecto de flota bien podrían haber supuesto un cambio en la historia naval española, quizá su aplicación hubiera supuesto una victoria frente a los invencibles ingleses en Trafalgar. Sin embargo la historia nos dice que, pese a sus brillantes descubrimientos, Jorge Juan cayó en desgracia cuando lo hizo su mentor y protector en la Corte, el Duque de la Ensenada. A pesar de eso Jorge Juan siguió trabajando para la Corona, esta vez bajo el mandato de Carlos III y como embajador en Marruecos, donde sentó las bases del primero tratato entre España y el país africano.

Es prácticamente imposible resumir todas las vertientes de una biografía tan increíble como la de Jorge Juan, espía para tres monarcas españoles y uno de los ilustrados más notables del siglo XVIII, promotor de las artes y las ciencias y fundador de la Asamblea Litearia Amistosa, el germen de lo que pretendían ser las Academias en España. Antonia Montaner se ha lanzado a la aventura de plasmar en una novela una parte de la vida tan ilustre alicantino, concretamente la que corresponde a su periplo londinense. Lo ha hecho en su novela "El viejo cuaderno".