Escritores: Unas últimas palabras antes de morir



Es muy difícil documentar sí realmente estas frases se pronunciaron, como asegura el escritor Hans Halter, cuando algunos de los literatos más famosos del mundo exhalaban su último aliento. Pero somos curiosos y nos gusta pensar que sucedió así. Imaginamos a nuestros escritores favoritos pensando, afilando sus plumas e imaginando a los protagonistas de sus novelas y poemas. Los imaginamos vestidos tal y como los retratos nos los han mostrado, con los trajes de la época en la que vivieron y en la que desarrollaron su arte. Es curioso que pocas veces los imaginemos precisamente antes de morir. ¿Dónde estaban y con quién? ¿A quién dirigieron sus últimas palabras? ¿Qué paredes y ventanales los vieron irse para siempre?

Miscelánea/ historia: Novia echada a suertes (y otros desfalcos de una boda real)


La eligió a suertes. Felipe III eligió a la que sería su futura esposa a suertes. Poco le importaba con quién compartir su lecho. Sólo tener una esposa que agradara a su padre y a Dios. Eligió no a la más guapa, ni a la que más le gustaba. Simplemente, a suertes. Y para colmo, lo hizo al principio "por poderes" y celebrándolo con una boda fastuosa de la que hablaron todas las crónicas de la época. Felipe III vació para sus esponsales el 10% de las arcas españolas. Entre sus bodas y las Guerras que no tenían fin, el pueblo muerto de hambre. Dicen que fue el rey de la decadencia. Su padre, ferviente religioso lleno de amantes, la vio llegar. Su hijo, vislumbró el Imperio prácticamente muerto.