[patafísicos y sátrapas: Prévert



Aunque abandonó la escuela muy pronto, el talento y el "entorno" familar de Prévert no hicieron sino aumentar su interés por la cultura y la prolífica carrera cultural que desarrolló a lo largo de toda su vida. Jacques Prévert pasó su infancia en París. Su padre era crítico de teatro y le llevaba frecuentemente a ver representaciones; no obstante atribuía a su madre, de quien tomó su nombre,  el gusto adquirido por la lectura desde temprana edad. En 1918 fue movilizado como soldado y sirvió en Oriente Próximo nada más terminada la Gran Guerra. Tras su regreso a la vida Civil comenzó su periplo por la agitada vida de las vanguardias parisinas de los años 20. 

[ China pierde su historia

El gran gigante perdió parte de su historia y se fue quedando ciego con el paso de los años. La historia ardió entre las llamas. Empezó a quemarse poco después de que Pu Yi fuera recluido entre los muros de la Ciudad Prohibida. Después, la invasión y la Revolución Comunista, primero, y la Revolución Cultural, después, hicieron el resto. La historia real, esa de la que sólo son testigo las fotografías, se quedó entre paredes de madera, en baúles y en buhardillas comidas por el polvo, igual que le había ocurrido a su último Emperador, un hombre tímido y timorato atrapado durante toda su vida en el gran bucle que era su propia historia.

[el ángel castrado





Dile a una niña que dibuje un ángel. Enseguida reconocerás entre los rallotes los atributos de los angelotes que nos invaden cada navidad en los portales de Bethelehem: niños imberbes con el pelo rizado y pecas, sonrientes, vestidos de blanco, con alitas y a los que se les presupone dotados de una voz aterciopelada. Sí, a priori, nuestros ángeles son así. El olor a chamusquina me llegó al rato, con eso de que San Miguel y otros de los suyos eran pro-Charlton Heston y venían armados y con espadas, para luchar contra el mal y protegernos. ( si es el ángel de la Guarda y nos pillan, siempre podremos alegar defensa propia) El caso es que con todo esto me vino a la memoria Abdenago, ángel custodio de la castidad de María y, por ende, azote de los instintos más carnales de José, carpintero, padre y paciente. Al pobre hombre (José, quiero decir) le acosan unos seres que no le dejan ni dormir, y especialmente tiene a éste (al que bautiza como Abdenago) pegado a sus espaldas, enviado desde lo más alto para proteger sus intereses como padre de Jesús y esposo de María. Leer sobre Abdenago puede ser todo un shock, no sólo por la descripción física que hace Martín Garzo del personaje (constitución humana, expresión atormentada cercana al pathos laocooteniano, esfínteres incontrolados, respiración forzosa, voz metálica) o porque el autor lo dota de cualidades que según la tradición católica estos no poseen (como por ejemplo leer el pensamiento), sino por ese proceso de metamorfosis tan desagradable, agónico y degenerativo que lo acerca tanto a la especie humana y que casi nos degrada. Abdenago, al igual que otros que rondaban a José, estaba muy lejos, valga la redundancia, de cualquier imagen angelical. Más bien, todo lo contrario. Se les presenta como entes agresivos, violentos, vengativos, dispuestos a todo.

Sin duda alguna, si José es el verdadero protagonista (y merecido) de " El lenguaje de las Fuentes" (Gustavo Martín Garzo, 1994) por la trascendencia de su persona como padre de El Mesías, Abdenago es la gran revelación de la novela. De hecho, desde que la leí allá por el año 2002, estoy esperando una novela especialmente dedicada a las andanzas de Abdenago por la tierra...En fin, un ángel caído, como muchos otros.

de la serie "personajes y literarios". Recuperado de mi blog http://leganasdulcesenojospicantes.blogspot.com.es/

[quién fue Valerie Hemingway?

En el mes de mayo de 1959, la joven Valerie Danby-Smith fue enviada desde su Dublín natal hasta Madrid para entrevistas al escritor Ernest Hemingway. El escritor ya había ganado el Premio Pulitzer (1953) y el Nobel por toda su obra literaria en 1954. Cuentan que le entrevistas empezó con mal pie, ya que la joven preguntó al escritor por su visita a España tras más de 20 años. El escritor contestó que aquella pregunta no era exacta pues había visitado España seis años antes, en 1953. Sin embargo, aquel percance hizo que Hemingway se centrara más en la joven que en su entrevista, y lo que empezó siendo un encargo para un periódico local irlandés se convirtió en una lección de periodismo que Valerie no olvidaría jamás.