[ITZIAR ZIGA. Febrero 2010

LLEGÓ....Y AULLÓ POR SEGUNDA VEZ
La publicación de “Devenir Perra” supuso la irrupción en el panorama editorial de una de las plumas más “omnívoras” del feminismo contemporáneo: la rebelión de las perras, los aullidos de las raras y feminismo más Trans-gresor tenían voz propia tras los labios de la incombustible Itziar Ziga. Ahora, la escritora vasca nos presenta “Un zulo propio”, un segundo trabajo con el que termina de sumergirnos en su universo más personal, allá donde viven Tania Head, Rocío Jurado, Marí Trini, la Bella Otero, Virginia Wolf y muchas otrasmás. El espacio en el que la lengua viperina convive con el lenguaje preciso, el lugar donde las barreras son sorteadas por mujeres de tacón de nueve centímetros parabellium y la fiesta en la que los vestidos de sevillana kitsch, la purpurina y las lentejuelas se entremezclan con la denuncia y el rechazo a lo opresor de la heteronormatividad. Una dosis de realidad-real ajena a los estereotipos. Seductor. Inteligente. AntiPatriarcal. Hedonista. Lascivo. Sugerente. Lleno de talento. En definitiva: un libro altamente recomendable.


Foto: Miriam Cameros

Con este segundo libro nos presentas una recopilación de textos de diversa índole (ensayo, blog, artículos, presentaciones, conferencias) bajo el título “Un zulo propio”. Uno de los artículos tiene este mismo nombre también. Me gustaría que, para empezar, nos definieras qué es ese zulo propio y porqué es tan importante, especialmente para las mujeres.
El zulo propio no es sólo un espacio físico, una guarida. Es sobre todo un lugar prioritario que te das a ti misma en tu interior. A las mujeres se nos ha colonizado por dentro, adoctrinándonos para desplazar nuestro centro hacia las expectativas que tenemos de los demás. Eso es una locura inhabitable. El zulo es la morada, es el lugar en el que te vuelves posible.

Uno de los temas que se reflejan en este libro es la situación de discriminación e invisibilidad que sufren algunas personas a causa de su sexo, bien su sexo biológico, bien por su orientación sexual o bien por ambas cosas. Hablas de “rarofobias”. ¿crees que a veces esas “rarofobias” pueden ser “desconocidofobias” o al final todo se reduce a una relación de poderes?
El cuento de la normalidad no sólo sirve para jerarquizarnos, sobre todo adoctrina fanáticos de unas normas que no les favorecen más que para sentirse por encima de las raras. Unos dudosos privilegios, una traición demasiado barata. Pero funciona, vaya si funciona. Aunque las raras (putas, maricas, bolleras, punkis, trans,…) disfrutamos a menudo de una ventaja: desde los márgenes gozamos la vida más que ellos.

En el ibro afirmas que las discriminaciones se acumulan, no son excluyentes. En el último capítulo haces referencia al caso de la atleta Caster Semenya. ¿Porqué se armó tanto revuelo con este caso? ¿cree que fue porque era una mujer o porque era una mujer, negra, de un país pobre, quizá lesbiana?
Caster Semenya enfureció a sus envidiosas competidoras porque batió todas las marcas de la potencia física femenina. Durante semanas, los periódicos no paraban de admitir que la segregación sexual entre mujeres y hombres no es infalible, lo cual desmonta las bases del patriarcado. No sólo el género de la atleta sudafricana es confuso. Pero es mucho más fácil cuestionar la feminidad de una corredora negra y marimacho como ella porque la concepción generalizada de “la mujer” es culturalmente blanca y heterosexual, incluso en el seno del feminismo.

Un zulo propio” está lleno de referentes culturales y sociales, algunos actuales y otros más lejanos en el tiempo. Para mí, Victoria Wolf también será siempre la Nicole Kidman de “Las Horas”... Cuéntenos algo de esta mujer, considerada por muchas como una de las primeras feministas y a la cual también hace un “guiño” con el título de su libro.
Virginia Wolf, en pleno crack capitalista (1929) escribía “Una habitación propia” para reivindicar el espacio íntimo e inviolable que necesitaban las mujeres para poder escribir, crear, generar su propio discurso. Ochenta años después y de nuevo amenazadas por la pobreza, publico “Un zulo propio” en homenaje a ella. Virginia fue una creadora desgarrada y brutal. Hoy es fácil especular sobre si era bipolar, pero de lo que no hay duda es que fue una mujer valiente que extremó su libertad en una sociedad asfixiante, sobre todo para las mujeres. Me jode que aún hoy se repita que de alguna manera su deseo lésbico la arrastró a la locura. Eso sí: se suicidó con una elegancia insuperable.

En este mismo artículo hablas de otras mujeres del mundo de la literatura con especial atención a la historia de Margarete Buber-Neuman y Milena Jesenská porque, como apuntas en el libro, a la segunda se le conoce popularmente por su relación con Kafka. ¿cree el tiempo hará justicia a miles de mujeres del mundo del arte y la cultura a las que se les ha condenado al ostracismo por el hecho se ser mujeres?
Esta alianza en el abismo me fascina, se conocieron en un campo de concentración. El reconocimiento en el mundo del arte sigue otorgándose aún hoy a hombres blancos heterosexuales burgueses y occidentales. El resto, sólo contamos como excepción histórica. No creo que vaya a cambiar demasiado este panorama en breve. Pero, sabes, a mí me encanta la arqueología literaria. Puedes encontrar tantas joyas en los estantes más apartados de una librería. Una vez compré por veinte duros en el DIA un ensayo de María Zambrano, me pareció mágico.

En “Un zulo propio” viven además Mari Trini, la Bella Otero, Rocío Jurado o Tania Head. ¿Cuántas mujeres caben en tu “zulo” y cuál de todas es tu favorita?
Soy mitómana perdida, sobre todo idolatro a divas bastardas. En este sentido, Tania Head es la reina. Impostó su personaje de víctima del 11S hasta que la descubrieron y humillaron, cómo si esa efeméride no estuviera envuelta en mil mentiras. Los aviones impactando contra las torres siguen pareciéndome ciencia ficción. Me encanta decir que yo soy la Tania Head del feminismo. Mi formación de periodista me produjo alergia a la objetividad y creo que a veces podemos explicar mejor nuestro lugar en el mundo desde las leyendas urbanas reapropiadas, desde las biografías lubricadas por el deseo. Y el zulo, en realidad, no tiene paredes. Por eso cabemos todas.

Devenir Perra” y “Un zulo propio” tienen en común cierto tono “provocativo” tanto por el lenguaje como por los temas que se tratan, a veces con ironía, pero sin perder en ningún momento el tono reivindicativo. ¿Qué es para ti la provocación? ¿Es algo natural, una forma de llegar al público, una necesidad, un modo de representar la realidad?
Yo no he elegido escandalizar, simplemente mi vida resulta provocadora a los ojos de las miradas bienpensantes y moralistas. El desafío cuaja en la retina del otro. Soy una golfa hedonista a la que le gusta hacer la suya, feminista y bollera. A no ser que me disfrace de normal cuando escribo, provocaré siempre. Para sobrevivir, me he dejado expoliar en todos los trabajos precarizados, feminizados, sexualizados que el mercado capitalista reserva a una chica pobre y extraviada como yo. Pero cuando escribo, ahí si que no me prostituyo. Aunque me satisface sobremanera que mis historias resulten liberadoras para otras.



En el panorama editorial actual, inundado de propuestas recurrentes, repetitivas, “de moda” ¿ qué ha supuesto para ti que una editorial haya apostado por publicarte?
¡Un sueño! El día que firmé el contrato editorial de “Devenir perra”, al salir de la editorial temía que una nave espacial me abdujese. No terminaba de creérmelo. Para mí y para otras perversas (María Llopis, Diana J. Torres, Sayak Valencia) que exista Melusina y que nos publique, es providencial. Casi divino.

Volviendo a “Un zulo propio”, en el capítulo “La hora de las perras”, hablas de Judith Iglesias y de Miriam Sánchez, ganadoras ambas de dos programas de telerrealidad. ¿eres fan de estos programas? ¿crees que son reflejo de la sociedad?
Jaja… me encanta mezclar en la misma página el teledestripe con Juditn Butler. Adoro la tele, también la aborrezco. No he vuelto a ver ningún programa de hacinamiento humano retransmitido pero aquel año fue glorioso: una actriz porno y una sexóloga gótica ganando frente a tanta maruja patria. La hora de las freakis, por fin, de las raras, de las guarras, de las malas empoderadas. El espejo de la sociedad ha estallado en mil pedazos.

Hablando de machismo, el otro día un “señor” decía en tv que creía que las cosas estaban cambiando porque si se comparaba con su abuelo o su tío, todo era distinto. Dejando valoraciones a un lado... ¿ crees que las cosas están cambiando? Desde dentro del feminismo y como activista, ¿en qué punto se encuentra el feminismo en estos momentos?
La ONU dijo hace unos años que, si las cosas continuaban como hasta ahora, el mundo sería igualitario para hombres y mujeres dentro de unos tres mil quinientos años. El dato es una gilipollez porque ni la historia es planetaria, lineal y ascendente, ni sé cómo calcularon semejante cifra. De cualquier manera, aunque todo cambie, estoy de acuerdo con la ONU en que nos queda machismo para rato. Y racismo y homofobia y pobreza y persecuciones. Pero en diciembre de 2009 se celebraron en Granada las jornadas feministas estatales y allí me empapé de un feminismo potente, intergeneracional, radical, vivo,… Y había muchísimas chicas de veinte años que se nombran como feministas a pesar de toda la propaganda estigmatizante con la que se pretende que las mujeres renunciemos a ese gran movimiento colectivo liberador sin el cual seguiríamos encerradas en nuestras casas, atadas a la pata de la cama, desposeídas de nuestros cuerpos… y sin zulos propios.

Algunos de los textos de “Un zulo propio” están recopilados (y publicados) en tu blog. ¿hasta donde pueden ayudar las nuevas tecnologías en la lucha feminista?
Mucho, ha sido una revolución tecnopolítica alucinante. Y no sólo para el feminismo. Se están tejiendo redes, coordinando campañas, generando discursos de una manera horizontal, espontánea, periférica, imprevisible. Toda la campaña para despatologizar la transexualidad que tiene como objetivo el 2012 se ha conectado a nivel mundial desde la red. Y los blogs, en concreto, han supuesto la salida del armario como escritoras, como pensadoras, como conspiradoras, para miles de mujeres, partiendo de si mismas. Posibilitando un discurso político que ya no es universalizante, sino subjetivo. Más modesto, más poético, más transversal… y más incisivo al final.

Te defines como anarquista y supervaga. Pero tu autodefinición más genuina ( al menos la que más me ha llamado la atención) es de la ex_dona. En su libro lo explicas, pero para aquellas que no lo hayan leído ¿podrías hablarnos de este concepto y de cómo surge?
Ex_dones fue un grupúsculo feminista que perpetramos hace unos años entre varias amigas para retomar el activismo pero sin sentirnos atadas a militancia alguna. Lo definíamos como el eslabón perdido entre el feminismo y el esperpento. El nombre alude a una voluntad de escapar de los esencialismos de género. Yo siempre digo que soy mujer por diagnóstico médico. Lo decidieron en el hospital cuando nací, de no haberlo tenido claro podrían haberme sometido a todo un protocolo carnicero de reasignación sexual para ajustar mi cuerpo, mis hormonas, mi entrepierna, a lo que la autoridad médica decidiese que debía ser una hembra humana, como sucede con millones de bebés diagnosticados intersex en nuestros hospitales desde los años cincuenta. Esto parecen historias de terror, pero son dolorosamente reales. En este sentido, lo de ser mujer u hombre queda irremediablemente relativizado. Y también afirmo ser mujer por estrategia política, es decir, para situarme desde un lugar que me permite aliarme y combatir el machismo dominante porque, a fin de cuentas, es el enemigo quien nos nombra. ¿Sabes qué significa “apache”? Se lo pusieron varias comunidades de aborígenes para defenderse de los colonizadores en lo que hoy son los EEUU. ¡Quiere decir “enemigo”!

A vueltas con la [B]isexualidad” es un capítulo que habla precisamente de eso, de la problemática que en ocasiones surge a la hora de ponerle nombra a las cosas. Podemos hablar de este caso concreto, pero en línes generales ¿por qué tenemos necesidad de definir las cosas? ¿es tan importante ponerle un nombre a todo?
Nos movemos en esas arenas movedizas semánticas. Lo que no se nombra, no existe. Y lo que se nombra, queda delimitado. Esa tensión lo cruza todo, aunque hay que desdramatizarla. Me parece interesante revisar nuestros conceptos, pero no obsesionarnos con tanta depuración. A veces tampoco hay que llegar a acuerdos. Hay lenguajes que buscan lo nunca dicho, como la poesía.

"Devenir perra” tiene su “base” en un conjunto de entrevistas a mujeres anónimas y “Un zulo propio” recoge historias de mujeres más conocidas. Eso sí, en ambos casos introduce una importante carga”personal” ¿no te da miedo desnudarse tanto delante de sus lectores?
Quizás sea una inconsciente, mi madre me dice que me expongo demasiado. Pero yo mantengo que, cuando lo largas todo, desarmas los ataques moralistas. Antes de que me llamen puta, lo digo yo. Además, no tengo nada de qué avergonzarme. Yo no hago daño a nadie siendo como soy. Si fuera una banquera o una policía o una madre castradora, eso sería otro cantar. Sólo soy una perra lúbrica.

¿Está trabajando ya en un nuevo proyecto editorial? ¿Te has planteado escribir una novela o cree que lo suyo es “la pura realidad”?
Sí, me apetece el salto a la ficción. Por el momento, además de otro ensayo visceral y feminista, estoy escribiendo una obra de teatro muy disparatada. Es increíblemente liberador que todo se reduzca al diálogo. Me disparo muy bien en la escritura bala.

Para finalizar, me gustaría que nos dieras tres recomendaciones, algo así como “los tres trabajos imprescindibles según Itziar Ziga.
"Teoría King Kong” de Virginie Despentes, “Manifiesto puta” de Beatriz Espejo y “Testo Yonqui” de Beatriz Preciado… muy en mi línea.

"Un zulo propio". Ed. Melusina. Diciembre 2010.
Blog de Itziar Ziga: hastalalimusinasiempre.blogspot.com

[un herror mallúsculo

Mi ex siempre decía que una retirada a tiempo era una victoria...Error. Yo nunca pensé así. Soy de las que se repiten que quien no arriesga no gana y que sin riesgo no hay triunfo, aunque luego el pasivismo se me coma las energías. El caso es que, no se bien porqué, hace poco, mi ex, el de las retiradas poco victoriosas, me robó una de aquellas muletillas recurrentes, apostó por la roja (que soy yo) y me rescató de su msn “non grato”. “FUE UN HERROR QUE ACABARAMOS ASÍ. NOS MERECÍAMOS ALGO MÁS”. “Lo de las mayúsculas cuela con los acentos, pero las faltas son las mismas”. “SIGUES IGUAL DE BORDE. ESTO HA SIDO UN ERROR MALLÚSCULO”. “No gastes mas saldo. Si quieres quedamos, me dices lo que sea a la cara y nos evitamos golpes bajos ortográficos”. El bar de siempre. Mesa del fondo. Algunas cervezas y una camarera que vuelve a sonreírnos como si el tiempo no hubiera pasado. Saludo frío y dos dedos de espuma. Después, risas y un recuerdo. Más recuerdos. Discutimos. Bebemos. Lloramos. Reímos. Follamos. Nos despedimos mintiéndonos y prometiendo llamarnos algún día indefinido, quizá al mes que viene...Error. “NO ME LLAMASTE EN ENERO. ESTAMOS EN FEVRERO...¿EN EL BAR DE SIEMPRE?”. “Es un HERROR MALLÚSCULO que me llames simplemente porque estemos en FEVRERO”. Tras el mensaje, no ha vuelto a llamarme. Creo que me ha devuelto definitivamente al planeta en el que viven los ex....y me ha borrado del Facebook.

[Juan Jacinto Muñoz Rengel. Enero 2010

GRANDES HISTORIAS [EN POCAS PALABRAS]

Por ahora, pocos son los premios que se le han resistido. Ya ha ganado el Fernando Quiñones, el Julio Cortázar de Cuba, el Miguel de Unamuno, el Premio de Relatos para Leer en el Autobús, el Premio Internacional de Relatos Cortos La Felguera y así, hasta un total de 50 premios nacionales e internacionales “acumulados” en los últimos años. Además, Juan Jacinto Muñoz Rengel (Málaga, 1974) difunde sus letras a través de las ondas dirigiendo y presentando el programa de divulgación literaria Literatura en Breve (RNE 5) y realizando la sección de relato corto en el mítico programa El Ojo Crítico (RNE 1). En su haber, dos antologías y dos libros de relato (de momento) y cientos de historias dispersadas a lo largo y ancho de medio mundo. Su última publicación, “De mecánica y Alquimia” (Salto de página, 2009) nos transporta del Toledo Taifa a un futuro próximo nada predecible. Su estilo: único. Su género: literatura fantástica en formato corto.


VULTURE- El relato corto es un género complejo para hacer un libro porque hay que atraer al lector una y otra vez, con cada historia. ¿Podría indicarnos que ventajas tiene este género sobre otros?

Muñoz Rengel: Como casi todo lo que requiere un mayor esfuerzo en la vida, el relato corto reserva mayores recompensas y satisfacciones a aquellos que son capaces de conquistar su cima. Quizá para quienes lo cultivan, en nuestro país, es un género bastante ingrato. Pero creo que todo lector que se habitúe a leer libros de relatos disfrutará de sensaciones mucho más intensas, y descubrirá juegos y sentidos que no caben en toda la extensión de la novela.

En ese sentido, hay que decir que es escritor de relatos, y si queremos hilar más fino, especialista en relatos de literatura fantástica. ¿Es el relato un género más apropiado para la ficción que otros como podría ser la novela, el teatro o la poesía?
Sin duda el relato corto siempre ha sido un excelente caldo de cultivo para los géneros más imaginativos, para, digamos, los más ficcionales, entre los que se encuentra por supuesto el género fantástico. Hemos de tener en cuenta que es mucho más fácil hacer que nuestro personaje experimente cualquier tipo de alteración extraordinaria, se comunique con los muertos, o entre en un bucle temporal, en un relato breve, que mantener eso mismo durante las doscientas páginas de una novela. En un relato corto podemos crear y destruir el mundo, si se nos antoja, en unos cuantos párrafos.

En “De Mecánica y Alquimia” presenta un conjunto de historias que nos llevan desde el Toledo Taifa hasta un futuro próximo-lejano. Es sorprendente la cantidad de detalles y la precisión en las descripciones por lo que se adivina una labor de documentación importante. ¿Podría hablarnos de cómo ha sido este trabajo de documentación?
Tras la primera parte del libro, que corresponde a los relatos históricos, en efecto, hay una gran labor de documentación. En muchas ocasiones se hace necesario frecuentar bibliotecas especializadas, y manejar un archivo de fichas y registros. Pero, lo que ocurre en estos casos es que casi todo lo que vas investigando y recavando, luego lo tienes que desechar. Es un error abrumar al lector con un aluvión de datos. En realidad, necesitamos conocer toda esa información para tener un completo dominio del universo del relato. Pero no hace falta exhibir constantemente ese conocimiento.

A pesar de tratarse relatos independientes las historias de “De mecánica y Alquimia” tienen un nexo y una “hilaridad”. ¿Cómo se le ocurrió escribir un libro de estas características?
Siempre he pensando que un libro de relatos con cierta unidad aporta un valor añadido al lector. Y no es que un libro de relatos por completo independientes no pueda ser excelente, sino que de esta otra forma, sin renunciar a nada, le estás regalando al lector algo más: otros guiños, otras acumulaciones de significado, otros niveles de lectura. Así pues, desde que hace cuatro años descubrí que tenía unos pocos relatos con temas, objetivos y escenarios comunes, me puse a trabajar en este proyecto. He construido De mecánica y alquimia concibiendo siempre el libro como un todo, como un conjunto de relatos que son autónomos y dependientes al mismo tiempo.


A modo más anecdótico, de todas las historias de “De Mecánica y Alquimia”, ¿recuerda cual fue la primera y la última que escribió?
Creo que la primera que escribí fue el cuento "Lapis Philosophorum". Y la última, pero por pura casualidad, la que cierra el volumen: "Pasajero 1/1".

Este su segundo libro de relatos aunque ha participado en varias antologías y puedo imaginar que ha escrito cientos y cientos de historias. Algunos le comparan con Borges o con Chéjov. ¿Que le parece?
Sí es cierto que tengo muchos más relatos inéditos que obra visible. Pero creo que cuando eres escritor tu verdadera función es escribir, y no necesariamente publicar. Y si eres exigente, eso hace que acumules mucha obra inédita en los cajones. Me parece lo más sano. Respecto a esas halagadoras comparaciones, imagino que quien las haya formulado sólo habrá pretendido señalar algunas de mis influencias, y nada más allá.

Por cierto Borges tiene un poema sobre un gólem y los gólems son uno de los elementos o personajes que aparecen en su libro. ¿Por qué decidió hacer a estos seres vinculados a la tradición judía protagonistas en algunos de sus relatos?
Me interesaba mucho hacer partícipe al gólem de estas historias. Intentaré explicar por qué. Una de las primeras líneas temáticas del libro es la preocupación por la tecnología humana, por el desarrollo y el control que el hombre es capaz de ejercer sobre su tecnología. Y a lo largo de los distintos relatos, que siguen un orden cronológico, esta tecnología humana se va transformando hasta llegar lo más lejos que se podía esperar: cobra vida propia. Ése me parecía un punto muy interesante. Por eso la inteligencia artificial, y la interacción entre el hombre y la máquina, tienen un especial protagonismo en la parte final del libro. Y si la mecánica acaba dando lugar al autómata, la alquimia, por su parte, acaba originando al gólem.

Gólems, autómatas, Frankenstein, robots, son algunos de los protagonistas de sus relatos. De alguna forma, esto muestra una obsesión del hombre por crear otro hombre, el poder de dar vida y el control sobre los demás que son constante a lo largo de la historia de la Humanidad ¿qué otras “obsesiones” colectivas podemos encontrar en sus relatos?
Iré de las obsesiones más generales a las más particulares. En el propio título se plantean las directrices principales: está la mecánica, por un lado, que es el mundo físico, los aparatos, los artilugios, la materia; y por otro lado, está la alquimia, que es la vida, la magia, lo inaprensible, el alma. Una de las principales obsesiones del libro es la del dualismo, el problema filosófico de la separación entre la mente y el cuerpo. Otro de los grandes temas es la manipulación -primero física, y después química- del mundo. Y del problema tecnológico pasamos a muchos otros: las grandes cuestiones de inteligencia artificial; la contaminación y la degradación del mundo; la corrupción y la ambición sin límites del hombre, la violencia, la traición, la autodestrucción; la oposición entre el orden y el caos, entre la inteligencia y las pasiones, la fascinación por el misterio; el inevitable fracaso de las empresas humanas…

A lo largo del libro el mundo va cambiando por el inevitable paso del tiempo, pero hay algo que se mantiene intacto: la música. Música clásica sobre todo. Hay referencias musicales en muchos de sus relatos. ¿Es cuestión ambientación o es que realmente usted es un enamorado de la música?
Ahí me habéis pillado. No, la música es sólo un recurso metaliterario, que utilizo como nexo de unión. En el libro hay muchos elementos que van procurando la continuidad entre las historias y haciendo de llaves entre los distintos textos: los autómatas, los gólems, Kalymnos, las arañas, Baviera, la similitud entre algunos personajes, algunos gestos, algunas conductas, el narrador en primera persona del plural, Provenza, los boticarios, los insectos mecánicos, los artilugios, los instrumentos científicos… Y quería que entre éstos hubiera algunos elementos que fueran metaficcionales, como lo son las composiciones musicales –porque alguna vez aparecen incluso en forma de partitura- y los dibujos, esas láminas que van surgiendo y evolucionando a lo largo de los relatos.

Antes hablábamos de Borges y de Chéjov. También podría ser Cortázar o Italo Calvino, o incluso otros más “actuales” como Bolaño o Rodrigo Fresán. ¿Podría decirnos cuáles son sus escritores de relatos favoritos?
Un intento de lista, incompleta y desordenada, podría rezar así: Edgar Allan Poe, Hoffman, Maupassant, Kafka, Chejov, Quiroga, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Italo Calvino, Dino Buzzati, H. G. Wells, Ray Bradbury, Hemingway, Bernard Malamud, T. Coraghessan Boyle, Leonard Michaels, J. G. Ballard, Yasutaka Tsutsui, Julio Ramon Rybeiro, Roberto Bolaño, Quim Monzó…

Entre los elementos comunes en todas las historias de este libro los aparatos e instrumentos de medida y el paso del tiempo en general son muy importantes. Hablemos del tiempo ¿Cómo se ve Juan Jacinto Muñoz Rengel dentro de (no sé) 40 años? ¿Seguirá escribiendo?
Si la salud me lo permite, los setenta y cinco años me parecen una edad estupenda para seguir escribiendo. Plena madurez intelectual. Esperemos que así sea, porque no me veo haciendo otra cosa, ni jubilándome.


En un relato del libro también aparece la figura de un escritor que podríamos llamar “marginal”, innovador para su época, incomprendido, que ve que su obra no es publicada porque se “sale” del estilo editorial del momento. Salvando todas las diferencias, a veces da la sensación de que el que escribe relatos cortos tiene menos popularidad que el que escribe novelas. ¿Cree que el relato está desprestigiado a pesar de que existan cientos de concursos y convocatorias para este género?
Los certámenes de relato corto, en la mayoría de los casos, tienen que ver más con la política local que con la literatura. Sí es cierto que, a nivel de crítica, el cuento parece estar recuperando algo del prestigio que tuvo en otro tiempo, y que en otros países con mayor tradición cuentística nunca se llegó a perder. No obstante, es indudable que hoy la novela sigue siendo el producto masivamente aceptado por el mercado editorial, y el que llega la mayoría de los consumidores (y estoy utilizando estos términos económicos, lejanos al hecho literario, de forma intencionada). Esto en sí mismo no tiene por qué ser algo negativo, y quizás incluso favorezca la depuración del relato; lo único preocupante es que todavía pueda haber algunos críticos literarios que necesiten esperar a que un autor escriba novela para tasar su valía.

Este relato al que nos referimos se llama “El sueño del monstruo” y cuenta la historia de un escritor que tiene una idea para una historia pero cuando va escribirla se da cuenta de que ya está hecha. A mí siempre me han dicho que para escribir algo nuevo tienes que leer e informarte de lo que se va escribiendo y así hacer algo realmente diferente. ¿Qué escritores actuales nos recomienda?
Si se trata de hacer una recomendación a los lectores de VULTURE, que puedan encontrar en las librerías, y de cuya compra no se arrepientan, un libro de relatos innovador, transgresor y que sorprenda con cada historia, tengo ese título: se trata de Estoy desnudo, del escritor Yasutaka Tsutsui.

¿Podría hacernos una breve valoración del panorama editorial en la actualidad? ¿Cree que se publican muchos libros?
Claro que se publican demasiados libros. Y eso provoca un enorme problema de visibilidad. Me explico: los sellos editoriales no están cumpliendo su labor de filtro, y en las estanterías de novedades nos encontramos cada pocos meses miles y miles de nuevos títulos publicados, sin que el lector pueda distinguir lo que merece la pena de lo que no. Los autores de más talento acaban siendo enterrados bajo el alud de libros mediocres. Y lo peor es que esta grave disfunción del sistema de filtrado hace que incluso manuscritos valiosos terminen a veces sin ver la luz. Precisamente, con el relato "El sueño del monstruo" trataba de hacer una llamada de atención sobre todo esto, eligiendo que fuese un escritor de siglo XIX quien sufriera todas estas circunstancias. Mi intención era que el lector se hoy se pregunte: si a ese autor aquello ya le parecía un despropósito entonces, ¿qué pensaría si entrara hoy en una gran librería?

Este relato, “El sueño del Monstruo” está ambientado en Londres, al igual que “88 Mill Lane”, su anterior libro. ¿Qué tiene la capital del Tamesis que la hace tan especial para sus historias?
Este relato es el único que transcurre en Londres, que era el escenario de todos los cuentos de 88 Mill Lane, y por lo tanto de alguna manera es el texto que nos conduce hasta este nuevo libro, cuyas historias se dispersan por distintas ciudades y rincones de Europa. Lo que yo pretendía es que este cuento hiciera de puente con el libro anterior, y al mismo tiempo de bisagra dentro del nuevo volumen, mediando entre los relatos históricos y los futuristas, gracias a ese personaje que es un escritor adelantado a su época. En su momento, Londres me proporcionaba el distanciamiento necesario de la realidad más cotidiana, con todo lo neblinoso y victoriano de su entorno (en aquellos años, además, yo vivía en la capital británica). Y las ciudades europeas que voy recorriendo en De mecánica y alquimia me interesan por cuanto que son los lugares donde se originó la ciencia occidental, la technos tal y como hoy la conocemos.

Como ya sabrá muchos de los lectores de VULTURE son gente joven que está empezando y muchos de ellos escriben relatos. ¿Podría darles algún consejo? ¿Cómo se hace para ser escritor de relatos y no “morir” en el intento?
Lo primero y esencial es leer, leer mucho, leer más de lo que se escribe, y aprender a leer de una forma activa y en profundidad. En segundo lugar probablemente esté la disciplina; por mucho talento innato del que se disponga, si eso no va acompañado de la disciplina y la constancia necesarias a la hora de formarse como lector y como escritor, toda gracia, toda chispa y toda capacidad se acaba perdiendo con los años. Y, para no morir en el intento, lo que yo aconsejaría es tener mucha fe en lo que se hace, por un lado, pero también, por otro lado, no aspirar a vivir de lo que se escribe durante, al menos, no sé, las primeras décadas.

Para finalizar, una pregunta al estilo VULTURE. ¿Futuras misiones para la nave espacial?
Como decía antes, en mis cajones hay algunas novelas inéditas, y relatos con los que se podría armar varios libros, pero que permanecerán allí ocultos quizá para siempre. Lo que sí puedo adelantaros es que también tengo una novela que espero que veáis publicada en unos meses. Y, en tanto que eso sucede, estoy inmerso ya en la escritura de la siguiente, que se encuentra en avanzado estado de gestación, y tomo notas para mi tercer libro de relatos.